La Comicteca, un proyecto de 'superhéroes'

Cuatro sillones tapizados con viñetas, en color y blanco y negro, y la figura de un gran superhéroe, Batman, dan cuenta al lector de que pisa una sección especial. En ella, las estanterías han perdido altura y sus baldas han dejado de ser un depósito de libros para convertirse en pequeños escaparates de contenidos que tratan de captar la atención del usuario, de exponer ante él el mayor número de títulos gráficos, artísticos y literarios; y de hacer que su mirada no solo se vea sorprendida por Batman, sino que, con solo dar unos pasos más, encuentre atractivos en alguno de los cerca de 24.000 ejemplares con los que hoy la Comicteca nutre sus fondos.

Creada en 2003, esta sección de la Biblioteca Regional, en Murcia (BRMU), no ha parado de crecer en los últimos años. Lo ha hecho en número de préstamos (28.000 en 2018 frente a los 20.000 de 2008), en títulos integrantes de su colección (en cinco años ha pasado de 11.163 a 23.125 ejemplares), y, lo ha hecho también, en reconocimiento por parte de autores y público. Por su espacio, «que empezó siendo un pequeño rincón que ha ido robando cada vez más terreno a la sala de estudio», apunta el responsable de esta sección bibliotecaria, Vicente Funes, han pasado, entre otros, Paco Roca, Antonio Altarribia, Alfonso Zapico, Ana Galvañ y Roberta Marrero. Todos invitados por la Comicteca a participar en algunas de las actividades que en ella se organizan. Propuestas que van desde conferencias a charlas y encuentros pasando por exposiciones y conciertos que, con carácter mensual, este espacio acoge dentro de su programa 'Comité Comicteca'. Se trata de actividades que rompen con la rutina diaria del centro, que atraen público a sus salas, pero sobre todo, apunta Funes, «llenan de vida la biblioteca». Y a ello ha contribuido en los últimos años esta sección, «punto de encuentro» de ilustradores, lectores y creadores de novela gráfica, entre los que figuran un amplio número de autores murcianos o afincados en la Región. Por ejemplo, Fernando Dagnino, Daniel Acuña, Salva Espín, Juan Álvarez, Jorge Gómez, Juan Castaño, José David Morales, Santiago Arcas, José Luis Munuera, Ana Galvañ, Magius y Sonia Matas: «Conocí la Comicteca cuando era una adolescente. En mi caso fue básica para dedicarme profesionalmente a la ilustración», recuerda esta última, cuyo trabajo está plasmado en los libros de artista 'Kintsukoroi' e 'Inktober'. Para Matas, la Comicteca ha impulsado el consumo de cómic en la Región y hoy es «un escaparate físico» para que el público conozca no solo el género, sino también el trabajo de los autores murcianos. Algo parecido opina Magius, seudónimo de Diego Corbalán y autor de la portada que hoy ilustra este suplemento, un homenaje personal a la Biblioteca Regional, en Murcia, que el pasado jueves conmemoró su día junto con el resto de centros bibliotecarios nacionales. Para Corbalán, la sección de la que es responsable Funes «crea hábito». «Ofrece -destaca el dibujante murciano, autor también, entre otros trabajos, de la novela gráfica 'El método Gemini' (Autsaider Comics, 2018)- la posibilidad de leer más cómics, y de conocer lo que actualmente se está haciendo en torno a él», tanto en Murcia -736 títulos de la colección son de creadores de la Región o afincados en ella- como en el resto de España, Europa y en todo el mundo.

Recuerda Funes, en referencia a la historia del cómic, que «en los años 60 y 70 la Escuela Bruguera -nombre con el que se conocía a la generación de historietistas e ilustradores de tebeos de la época- fue brutal: Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón...». Entonces, afirma, «no había tantas opciones de diversión», y la lectura de este tipo de publicaciones estaba a la orden del día. Después, «en los 80 y 90, el cómic infantil cayó, y es ahora cuando se está recuperando». Prueba de ello, subraya Vicente Funes, es la demanda de títulos. El número de ejemplares de cómic a disposición de los usuarios en la biblioteca no solo ha crecido en las estanterías del centro, también en sus extensiones en los cinco bibliobuses con los que esta cuenta, así como en las llamadas 'maletas viajeras' que se envían a centros docentes para trabajar en las aulas. «Los niños nos piden muchos títulos de cómic y hemos tenido que reforzar nuestros fondos. De 'Naruto' -serie manga sobre un ninja adolescente-, por ejemplo, hemos adquirido dos colecciones para cada bibliobús», apunta el responsable.

La Comicteca cuenta en la Biblioteca Regional con dos espacios bien diferenciados: uno en la planta baja, dedicado a los lectores más jóvenes, en concreto a niños de hasta 14 años; y otro en la primera planta, dirigido a público adulto y juvenil (a partir de 15 años). Este último, mucho más grande, ofrece una gran diversidad de contenidos, divididos por secciones de color. Las distintas publicaciones que la Biblioteca Regional tiene a disposición de los usuarios están clasificadas por lugar de procedencia -aunque también hay secciones específicas-. De este modo, el lector puede encontrar, de forma agrupada, títulos en castellano, editados en España y países hispanoamericanos; historietas americanas traducidas del inglés, entre las que figura una gran parte del universo Marvel y DC; otras con sello europeo, y secciones de manga. También se puede localizar en esta planta un apartado de originales donados a la Comicteca por el dibujante de DC Comics Fernando Dagnino, y títulos en diversos idiomas, como el inglés, el francés, el portugués, el chino, el alemán o el italiano.

La oferta se completa con una estantería en la que se recogen publicaciones sobre el género (ensayos, obras sobre la evolución de la novela gráfica, títulos para aprender técnicas de dibujo...), otra balda en la que figuran todos los premios nacionales de Cómic, instaurados por el Ministerio de Cultura en 2007 -la última autora en ganarlo fue Ana Penyas por 'Estamos todas bien'-; y otro apartado, denominado 'Sección Oro', en el que se ubican los títulos imprescindibles, a juicio de la Biblioteca, de todo lector de cómic. En él hay «clásicos antiguos y modernos», que cada vez crecen más en número.

«El cómic no es solo un potente recurso para animar a la lectura a los niños, también los adultos se acercan al cómic», recuerda Funes.

Para el ilustrador Magius, poder consultar un título del género en la biblioteca «ayuda a que, si al usuario le gusta, vaya luego a la librería y se lo compre». «Es una puerta de entrada», insiste el responsable de la Comicteca, en cuya labor, indica el coordinador de la sección, le precedió José Pablo Gallo, «verdadero impulsor» de este espacio desde su cargo como director de la Biblioteca Regional entre 2002 y 2009. «Entonces el cómic estaba disperso por las estanterías, y él decidió agruparlo en un espacio concreto».

La Comicteca murciana es una de las primeras que se constituyeron en España como espacio propio dentro de las bibliotecas y ha servido de ejemplo a muchos otros centros que han querido seguir sus pasos. Cuenta Funes que en 2008 participó, como representante de la BRMU, en un proyecto para la creación de una comicteca impulsado por el Centro Regional para el Fomento de la Lectura en América Latina y el Caribe (Cerlalc), y que las pautas que él mismo elaboró para crear estos espacios de lectura de cómic tomando como ejemplo la experiencia murciana fueron traducidas y distribuidas por el gobierno de São Paulo entre las bibliotecas brasileñas. En Cali, Colombia, le consta a Funes, «se ha creado una comicteca con estas normas», apunta.

La murciana, aunque consolidada tras 16 años de andadura, sigue experimentando con nuevas propuestas, y hace cinco abrió un nuevo espacio, por ahora pequeño pero con la previsión de crecer. Se trata de la Fanzinoteca, sección también pionera que aglutina publicaciones independientes, por ahora, solo de autores de la Región. Incluye «lo más 'underground'» del género; creaciones, en su mayoría artesanales, que recogen en fanzines la impronta de ilustradores, escritores, pintores o fotógrafos, entre otros artistas. La sección, que posee una estantería propia, contó para su puesta en marcha con varios autores murcianos, entre ellos el propio Magius, quien apuesta por abrir las charlas y encuentros del programa 'Comité Comicteca' a los 'fanzineros' más jóvenes con el fin de conocer mejor sus trabajos. Él se inició en el cómic a través del fanzine, y hoy está centrado en las historietas más «'underground'»: «Trato de abordar temas no habituales en el género, y mostrar que también tienen cabida aquí». 'El método Gemini', su última obra, es un ejemplo. Habla de corrupción, engaño y poder a través de un mafioso, cuyo personaje se inspira en la vida real de Roy DeMeo, un gánster neoyorquino sospechoso de acabar con la vida de cerca de doscientas personas en la década de los 70.

Si algo ha puesto de relieve la Comicteca, además de su labor para la visibilización de títulos, ha sido, añade Funes, «la gran cantera de dibujantes de la Región», de la que han salido, entre otros, el propio Magius. «Hay muchos y muy buenos», cree el responsable, quien, por contra, «echa en falta más guionistas».

El auge del cómic, reflejado en el progresivo crecimiento de la Comicteca, en la Biblioteca Regional, está presente también en otras iniciativas, como dejó patente la última edición del Premio Mandarache de Cartagena, dedicado, de modo especial, a la novela gráfica, y que acercó a miles de jóvenes obras como 'Los surcos del azar', de Paco Roca; 'Lamia', de Rayco Pulido; y 'Tu futuro empieza aquí', de Isaac Rosa. «El cómic es un mercado muy creativo y muy serio con contenidos para todas las edades. Se ha quitado la etiqueta de que está hecho solo para determinadas personas, y cada vez irá creciendo más», concluye la murciana Sonia Matas.