Lo que en verdad nos hace humanos

Una novela escrita a la vieja usanza repleta de sentimientos y recuerdos

Lunes, 7 de junio 2021, 21:05

No es su primer libro –y bien que se nota–, pero sí su primera novela; su primer acercamiento a la ficción pura y dura aunque, ... como tantas veces sucede en estos casos, la acción parta de la realidad, de unos hechos históricos que, por lo que aquí se aprecia y por la minuciosidad con que se describen, han debido ser vividos, en parte, por el propio autor, sin descartar los testimonios orales y la siempre necesaria y precisa investigación.

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Juan Ramón Calero es un viejo conocido de la política, que abandonó en su día, y un brillante jurista, admirado y respetado por los de su oficio. La novela que ahora nos presenta, que ya seduce al lector por el fondo poético su propio título, 'La sombra que habita en nosotros', y, de igual modo, por la hermosísima acuarela que figura al frente de la portada, a cargo de Salvador Benimeli, posee ese aire de relato español escrito a la vieja usanza –antes de que los alardes técnicos, erróneamente, mandaran a paseo lo que habíamos aprendido de Homero y de la literatura europea del siglo XIX–, a base de memoria y de mucho temple, con la corrección necesaria, con elegancia incluso, y con la dosis justa de intriga que nos mantiene en vilo hasta el final de estas páginas. Son muchos los personajes que aparecen a lo largo del libro y extenso el espacio y el tiempo en el que se desarrolla la acción, lo que no es impedimento alguno para mantenernos en vilo.

El tema es muy delicado. La Guerra Civil, con sus consecuencias y su brutal repercusión en la vida de todos los españoles, no es plato de buen gusto para ningún escritor, que siempre busca otras fuentes, otros caladeros en los que echar las redes sin comprometerse demasiado. La reciente aparición de 'Línea de fuego', de Arturo Pérez-Reverte, o la publicación en su día de 'El valle de las sombras', de Jerónimo Tristante, son dos buenas muestras de auténtica valentía a la hora de abordar lo que, tantos años después, aún subyace en el ambiente y se está convirtiendo en motivo de polémica y tensa discusión. Calero, como Reverte, deja a un lado la moralina y opta por la objetividad. Pero aprovecha la ocasión para encaminar sus pasos por la llamada tercera vía, por la reflexión profunda y el consiguiente perdón, que es, como aquí se deja apuntado, lo que en verdad nos hace humanos.

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