El fondo del estómago
Solo por las fotografías, entre las que observamos a un Raimundo González Frutos sonriente, por entonces pletórico de salud, y por sus graciosas ilustraciones a ... cargo de Juan Álvarez y Jorge Gómez, el libro ya vale la pena. Pero en la obra hay otros muchos ingredientes que se suman a esta coctelera dando como resultado unas páginas en las que se mezclan la gastronomía, la historia, la literatura, la etnografía, la buena prosa y una pizca de imaginación que corre por cuenta de sus autores: de un lado, Pachi Larrosa, exquisito lector y conocedor de los secretos de un buen puchero –pongo por caso–, y, de otra parte, el multifacético Ismael Galiana, que ha aprendido de la mucha sabiduría de su padre, que, de alguna manera, está presente en el libro. Este primer gastrónomo murciano, de nombre casi impronunciable, anclado en lo más profundo de la dominación musulmana, ya nos sugería echarse al coleto, en primer lugar, las cosas pesadas, «para que se asienten en el fondo del estómago». En el apartado de recetas, personajes como David López Carreño (de 'Local de Ensayo'), la emprende con asuntos tan serios como el alcuzcuz de habas o la confección de fideos. No es un libro cualquiera de recetas, sino una obra inclasificable para disfrutar con su lectura.
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