Volver a la Universidad para no salir

Decidir a qué te quieres dedicar, en qué quieres trabajar y tomar el camino hacia esa meta no siempre es algo fácil de conseguir cuando a los 16 años te ves en la obligación de escoger itinerario para cursar el bachillerato: ¿Ciencias o Letras? Al fin y al cabo, la vida no se desarrolla de manera plana. A veces se pueden dar algunas vueltas, mientras se disfruta del recorrido.

Ejemplo de ello es Paqui Rosique, quien a día de hoy cuenta con un doctorado en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones por la Universidad Politécnica de Cartagena y allí trabaja como profesora contratada doctor en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación; pero antes de llegar a esto, tras estudiar la carrera técnica, estuvo trabajando en Navantia al tiempo que compaginaba sus estudios de Ingeniería superior.

Ya inmersa en el mercado laboral –trabajando en la constructora naval– tuvo la oportunidad de disfrutar de una beca de investigación de mano del catedrático Pedro Sánchez Palma, quien dice es uno de sus mentores, y no se lo pensó dos veces. Cambió el sector empresarial por la Universidad y el mundo de la investigación la enganchó. Tanto que, tras acabar sus estudios, curso máster y doctorado y nunca más ha dejado de investigar.

Especializada en ingeniería de software, actualmente está centrada en temas relacionados con la Inteligencia Artificial. Aunque no es lo único que hace ya que también participa activamente en labores de divulgación científica, e incluso lidera un proyecto europeo dirigido a empoderar a las mujeres del mundo rural, a través del uso de las tecnologías y del emprendimiento verde. Rosique asegura que siempre fue una niña inquieta, curiosa, a la que le encantaba desmontar y cacharrear con todo lo que caía en sus manos, y que, si tenía que elegir entre matemáticas y lengua, sin dudarlo optaba por las primeras, que se le daban mejor. Sin embargo, no se decidió a estudiar Ingeniería hasta el último momento, en parte animada porque su hermano mayor ya cursaba Telemática.

Y es que en su familia estaban sus grandes referentes: sus padres. Les describe como unos visionarios y personas con muchas inquietudes, muy comprometidos a nivel social, de los que ha heredado su amor por la cultura y esas ganas de seguir siempre aprendiendo. Recuerda divertida que en su casa había un 'Spectrum' –un microordenador que se popularizó en los años 80, pero que no todo el mundo tenía– por lo que su contacto con la tecnología le viene de lejos. Además, el hecho de que su madre estudiara para ser auxiliar de enfermería, siendo ya adulta, o que su padre decidiera embarcarse en un máster de prevención de riesgos laborales a la par que ella realizaba el doctorado, le ha servido como ejemplo a seguir de superación.

No obstante cuenta que está rodeada de personas que le resultan inspiradoras. Habla de su compañera en la UPCT Bárbara Álvarez como de una mujer fuerte y decidida que, a su entender, ha demostrado que las mujeres tienen su hueco como ingenieras; de Juan Ángel Pastor, que fue director de la Escuela de Teleco y que contó con ella en su equipo durante los cuatro años de su mandato, coincidiendo también el comienzo del cargo con su embarazo; y de Pedro Javier Navarro, cuyo afán de superación y trabajo constante son para ella un impulso. Además, comenta sentirse totalmente inspirada por el liderazgo femenino de los principales puestos de responsabilidad en Cartagena, destacando a Beatriz Miguel, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, de quien dice que es un referente para todas las mujeres.

A su hija, que hoy tiene cinco años, le gustaría dejarle un mundo mejor. Un motivo más por el cual cada día se esfuerza en aportar su granito de arena y que a través de la educación e investigación la sociedad evolucione, sea más igualitaria, más justa... Considera que es muy importante que las niñas y las jóvenes tengan referentes para poder ser libres de elegir su futuro sin sesgos de ningún tipo, por lo que da gran valor a que se conozca la ciencia que desarrollan científicas y tecnólogas como ella.

Asimismo, cree que es fundamental contar con una red de apoyo en aspectos como la crianza, donde –en su caso– juegan un papel destacado su pareja, su familia y sus amigos, ya que en ocasiones su trabajo requiere de ciertos sacrificios que de otro modo no se pueden asumir. De hecho, explica Paqui Rosique que da gran valor al hecho de que durante los primeros años de su hija fuese su pareja quien asumiese, en mayor medida, las labores de la casa y el cuidado de la niña algo que, reconoce, todavía no suele ser habitual; pero que a ella le sirvió para que su carrera no sufriese ningún parón, lo que en el ámbito científico es especialmente importante para no perder competitividad.

Tomando como ejemplo su experiencia, Paqui Rosique expone que no hay nada como trabajar en lo que te gusta, y que la ciencia y la investigación también son para las niñas y mujeres. Y afirma que da igual la edad que se tenga, si alguien quiere cursar estudios superiores, hacer un doctorado o cambiar de trabajo, debe contemplar otras circunstancias y valorar cuál es su situación personal para decidir si hacerlo, pero no tomar como un freno la edad o el género. En su opinión, nunca es tarde para aprender, y en el caso de la Universidad considera que existen alternativas como, por ejemplo, los doctorados industriales que te permiten desarrollar la tesis en la empresa donde se trabaja.