Premios Nobel, campos de fútbol y microplásticos
Hace quince días les conté cómo la nanotecnología ha sido la gran protagonista de los Premios Nobel de Medicina, Física y Química otorgados este año. ... El desarrollo de vacunas eficaces contra la covid-19, las nuevas herramientas basadas en pulsos de luz que sirven para investigar procesos ultrarrápidos y los puntos cuánticos que tanta importancia tienen en el desarrollo de nuevas tecnologías, serían imposibles sin partículas de tamaño nanométrico. Sin embargo, recientes avances científicos reflejan que existen otras partículas de carácter micro y nanométrico con las que convivimos diariamente que pueden ocasionar graves problemas sobre el medio ambiente y la salud humana. Les cuento.
Esta semana se ha escrito mucho sobre la nueva normativa europea que deben cumplir los campos de fútbol artificial. Sin embargo, las noticias que han aparecido en los medios de comunicación son contradictorias. Por un lado, hay quien dice que se van a eliminar todos los campos de fútbol artificial de forma inmediata y, por otro, hay quien asegura que este reglamento no supone grandes cambios respecto al existente. Ni una cosa ni la otra.
Para entender el nuevo Reglamento UE 2023/2055 lo primero que debemos conocer es la composición del césped artificial que forma parte de muchas superficies deportivas (fútbol, pádel, rugby…). Dicho césped está formado por varias capas elaboradas con polietileno (uno de los plásticos más comunes debido a su bajo precio y fácil fabricación), poliuretano (un plástico que sirve de aislante), arena y una capa de granulado elaborada a partir de caucho, cuya finalidad en el caso de los campos de fútbol es que se amortigüe mejor el balón.
Pues bien, la nueva normativa europea se centra en esta capa de granulado, unas pequeñas bolitas negras que se meten por las zapatillas y la ropa de los que practican deporte sobre césped artificial y que pueden estar fabricadas con distintos materiales, siendo el más frecuente el caucho SBR procedente del reciclado de neumáticos. Concretamente, la nueva normativa impide la venta de estas bolitas negras a partir del 17 de octubre de 2031, ya sea para construir campos nuevos o para renovar los existentes, que hoy en día son unos 10.000 en toda España. ¿Por qué la Comisión Europea ha decidido establecer un periodo de transición cifrado en ocho años? Para garantizar que las superficies de césped artificial existentes actualmente que utilizan estas capas de granulado artificial puedan alcanzar el final natural de su vida útil.
¿Y qué inconveniente presentan estas bolitas que también se encuentran en la purpurina, en cosméticos que se usan para la exfoliación o en las fibras textiles minúsculas de nylon, spandex o poliéster que se desprenden al lavar la ropa al no ser retenidas por los filtros de las lavadoras?
Su principal problema es que forman parte de un grupo de polímeros sintéticos llamados microplásticos cuyo diámetro es inferior a cinco milímetros, siendo el caucho el microplástico que más residuos genera, alcanzando las 16.000 toneladas en Europa por año. Estos microplásticos son insolubles y muy resistentes a la degradación por lo que se suelen acumular en suelos, ríos y mares donde son arrastrados tanto por fenómenos meteorológicos (lluvias, viento, etc.) como por las aguas residuales. Al llegar los microplásticos a estos lugares pueden ser ingeridos por animales, peces, etc. causando graves daños en la fauna y en la flora. Recientemente, investigadores de la Universidad de Barcelonahan analizado 217 muestras de agua recogidas en la costa de Barcelona y otras 200 del río Guadalquivir, encontrando fibras de césped artificial en un 62% de las muestras del mar y en un 37% de agua del río. El desastre medioambiental originado por estos microplásticos es enorme.
Pero voy más allá. Los humanos disponemos de una serie de barreras celulares que actúan como filtro impidiendo que la mayoría de las partículas que inhalamos o ingerimos lleguen a nuestros pulmones, cerebro, etc. Sin embargo, con el paso del tiempo los microplásticos, aunque no se biodegradan, sí que pueden convertirse en partículas aún más pequeñas (de carácter nanométrico al igual que algunas partículas galardonadas con los Premios Nobel) que sí son capaces de atravesar no solo las barreras celulares sino también membranas altamente selectivas, como la barrera hematoencefálica o la placentaria, provocando graves daños en nuestra salud.
Además, los microplásticos podrían liberar sustancias capaces de producir alteraciones hormonales en animales y humanos e incluso actuar como vectores, portando en su superficie microorganismos patógenos que también llegarían a nuestro organismo. Actualmente, muchos científicos de los mejores laboratorios del mundo están centrando sus investigaciones en este preocupante tema.
¿Y cómo puede la ciencia y la tecnología solucionar el problema de los microplásticos presentes en los campos deportivos de césped artificial o en otras instalaciones como patios de colegios, festivales de música, gimnasios, jardines particulares o terrazas? Hay cinco formas:
a) Desarrollando superficies con mayor poder de amortiguación de forma que no haga falta usar microplásticos.
b) Usando plásticos de tamaño superior a 5 mm de forma que no sean considerados con microplásticos y se escapen a la normativa (no me gusta).
c) Diseñando materiales más sostenibles como el ecolastane (un plástico más respetuoso con el medio ambiente, más elástico y que emite menos calor que el caucho).
d) Empleando rellenos naturales que sean degradables y no se acumulen en suelos, ríos o mares (ejemplos son el corcho, la madera de pino o los huesos de aceituna).
e) Usando arena de sílice.
Estimados lectores de LA VERDAD, la Unión Europea, dentro de su Plan de Acción 'Contaminación Cero', ha declarado la guerra tanto a los microplásticos primarios (aquellos que son fabricados específicamente para ser utilizados en productos) como a los secundarios (aquellos que proceden del deterioro de desechos plásticos más grandes). Aunque la labor de la Unión Europea es vigilar el cumplimiento de la nueva normativa y la de los científicos desarrollar nuevas alternativas y analizar sus efectos sobre el medio ambiente y la salud humana, el que se consiga ganar esta batalla a los microplásticos es trabajo de todos.
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