Que ser mujer y vivir en un pueblo pequeño se convierta en oportunidad

La iniciativa se apoya en datos que no dejan lugar a dudas: Europa viene sufriendo unos continuos cambios demográficos, debidos entre otros factores por el envejecimiento de la población, disminución de la tasa de natalidad, movimientos migratorios en busca de oportunidades laborales y educativas, cambios socioculturales y, por supuesto, las ultimas crisis económicas, que han provocado, entre otros muchos efectos, un proceso de despoblación rural preocupante. Este desequilibrio demográfico supone un problema a nivel global, no solo por la despoblación rural, sino que supondrá la creación de macropoblaciones imposibles de gestionar.

De hecho, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se hacen eco a este problema. En concreto, el ODS 11, señala la importancia del equilibrio entre lo rural y lo urbano, así como de la importancia de fomentar la existencia de comunidades y ciudades sostenibles que serán viables solo si llevan asociado un territorio vivo y dinámico, habitado por una sociedad avanzada en la que todas y todos tienen los mismos derechos, oportunidades y servicios, cuestión que es inseparable de los procesos de desarrollo rural sostenible.

Rosique resalta que «las mujeres del medio rural resultan determinantes para su vertebración territorial y social, y son, con diferencia, el principal vector para la innovación y el emprendimiento rural». Sin embargo, en el medio rural todavía se mantienen escenarios de desigualdad entre mujeres y hombres en un grado más acusado de lo que ocurre en el medio urbano. «Esta desigualdad repercute sobre la situación laboral, por una parte, ya que el 50,7% del total de mujeres rurales entre 20 y 65 años están en situación de desempleo (12,3%) o en situación de inactividad laboral (38,4%), y, por otra parte, apenas el 26% de los jefes de explotaciones agrarias son mujeres», advierte.

En este sentido, la organización FADEMUR matiza que las mujeres rurales sufren una doble discriminación, la dictaminada por su género y la impuesta por las desventajas de vivir en el mundo rural. «Por lo general vivir en pueblos pequeños agrava las desigualdades a las que las mujeres ya se enfrentan en las ciudades».

Por lo tanto, según Rosique, «el emprendimiento verde y social es la respuesta a los diferentes retos que hoy en día tiene nuestra sociedad, tales como el cambio climático o la despoblación del medio rural, los cuales pueden atajarse a través de la innovación y el trabajo colaborativo».

Además, «recurrir a las TICs en el medio rural de igual forma que en el medio urbano, se ha vuelto una necesidad para mejorar la productividad, la empleabilidad, el emprendimiento, las oportunidades generadoras de ingresos, el fortalecimiento de la seguridad alimentaria, y la promoción del desarrollo sostenible».

Trabajo a distancia, estudios a distancia, compra a distancia, tramitación administrativa a distancia, etc., y que la crisis de la Covid-19, se convierte hoy en una oportunidad de emprender acometiendo el reto de la digitalización y el desarrollo sostenible, previstos en el Plan Estratégico 2019-2023, cuyo objetivo es visibilizar e impulsar el compromiso con las actividades, como la 'Economía verde' que entraña la mejora de la vida y los medios de subsistencia de la población en las zonas rurales, así como el logro de un equilibrio entre el uso de los recursos naturales y el mantenimiento de la renta.

Durante 30 meses, Greenworal va a promover actividades empresariales e innovadoras que sean beneficiosas para el medio ambiente y con rentabilidad financiera. Para alcanzar sus propósitos se va a diseñar e implementar un paquete educativo innovador dirigido a capacitar a mujeres rurales adultas en emprendimiento verde; se lanzará un programa de mentorización para acompañar e incentivar a las mujeres participantes a iniciar sus propios negocios en emprendimiento verde; y se va a desarrollar un kit sobre emprendimiento verde que proporcione estrategias y recursos a cualquier mujer que quiera dar los primeros pasos con su iniciativa empresarial y aprender más sobre los factores de éxito particularmente en las zonas rurales.

Además, se espera contribuir al trabajo en red y la cooperación entre autoridades públicas, instituciones educativas, asociaciones y otros agentes locales para la promoción del emprendimiento verde liderado por mujeres en el medio rural. También se desarrollarán diferentes eventos transnacionales y movilidades que nos permitan compartir experiencias y problemas encontrados; y para finalizar, se realizará una conferencia de cierre que tendrá lugar en Cartagena.

No es tarea sencilla llegar a las mujeres y conseguir que emprenda. Para ello, Rosique y su equipo de la UPCT se han propuesto contribuir al trabajo en red y la cooperación entre autoridades públicas, instituciones educativas, asociaciones y otros agentes locales.

«Para conseguir esto se ha creado una red de nueve socios, distribuidos en cuatro países (Chipre, Letonia, Irlanda y España) y en cada uno de estos países se ha creado una alianza estratégica entre la universidad participante y una asociación u organización que trabajan directamente con mujeres del ámbito rural. Entre estas asociaciones nos encontramos con centros de educación de adultos, ONGs, asociaciones de mujeres, etc. Son entidades muy conocedoras de la problemática existente y muy cercanas a estas mujeres», explica.

Y añade: «El conseguir que haya mujeres que quieran participar en el emprendimiento verde y social puede ser una de las respuestas a los diferentes retos que hoy en día tiene nuestra sociedad, tales como el cambio climático o la despoblación del medio rural, los cuales pueden atajarse a través de la innovación y el trabajo colaborativo. Nosotros proporcionamos la formación y mentorización personalizada para que las mujeres participantes tengan las herramientas necesarias para emprender su propia idea de negocio».

La investigadora de la UPCT asegura que les ha sorprendido la enorme disposición a participar de las Universidades Europeas que se han unidoa este proyecto, y el número elevado de cartas de apoyo recibidas, procedentes de las organizaciones y federaciones; como FADEMUR, AFAMMER, REDRMUR, Instituto de Mayores y Servicios Sociales, OMEP y Plena Inclusión Madrid.

Además, Greenworal es el único proyecto financiado por la Comisión Europea sobre emprendimiento verde de las mujeres adultas en el mundo rural, en esta convocatoria del programa Erasmus+. Y el primer proyecto aprobado bajo el paraguas del consorcio EUT+ (European University of Technology).

De hecho, junto a la UPCT, en este proyecto de Erasmus+ participan otros tres socios miembros de la EuropeanUniversity of Technology (EUt+): Cyprus University of Technology, Technological University Dublin y Riga Technical University. Y también la Universidad Francisco de Victoria; el Centro de Educación de Adultos Mar Menor; la Women Association of Rural Larnaka (Chipre); Drogheda Enterprise Centre (Irlanda); y Association LIDERE (Letonia).