«Es muy emocionante ir a trabajar pensando que cada día puedes aprender algo nuevo»
Sonia Medina. Investigadora Ramón y Cajal en el CEBAS-CSIC
Tras pasar un año trabajando en Colombia y casi dos en Portugal, Sonia Medina volvió a la Región de Murcia gracias a un contrato Saavedra Fajardo del programa de atracción de talento de la Fundación Séneca-Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia. Un claro ejemplo de investigadores 'retornados' que la devolvió hasta el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), donde hoy es investigadora Ramón y Cajal en el Laboratorio de Fitoquímica y Alimentos Saludables (LabFAS). La labor investigadora del grupo está centrada en el diseño y desarrollo de nuevos alimentos, sanos, seguros y saludables con un alto contenido en fitoquímicos bioactivos y la evaluación de su funcionalidad. Así, mediante estudios integrados desde el campo a la salud, su equipo analiza la composición de los alimentos (de origen vegetal) y qué repercusión tienen en la salud del consumidor, desde un enfoque interdisciplinar que va encaminado al estudio del metaboloma del alimento (conjunto de moléculas de bajo peso molecular presentes en el mismo) y de las modificaciones que puede provocar en el perfil metabólico del ser humano tras su ingesta.
Para llegar hasta ahí, la Dra. Medina estudió Biología e hizo un máster en Alimentación y Salud en la Universidad de Murcia, lo que le permitió acceder al doctorado en el Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos del CEBAS-CSIC. Asegura que «la investigación es una carrera vocacional y de fondo, es un reto diario, pero si tienes claro el objetivo, aunque sea dura es muy gratificante».
Cada día acude a trabajar con el interés de obtener resultados que puedan ayudar a mejorar la salud del consumidor. «Al fin y al cabo, los científicos tenemos por objetivo que nuestro trabajo revierta en un beneficio para la sociedad y pueda mejorar la calidad de vida de las personas y, cuando lo consigues, es muy satisfactorio».
Para ella, poder realizar su tesis doctoral en el CEBAS fue una gran oportunidad. «Trabajar en una institución como el CSIC, dedicado 100% a la investigación, te permite estar a la vanguardia y conocer en profundidad tecnologías novedosas que las empresas no suelen tener implementadas, por lo que es algo que, sin duda, fue muy beneficioso para mi formación».
Se declara fan de la fotografía y del senderismo. Le gusta viajar y gracias a su trabajo tiene la oportunidad de poder colaborar con otros grupos de investigación a nivel internacional y asistir a congresos, lo que le permite unir varias pasiones y formarse continuamente. No obstante, apunta que «mis estancias en el extranjero fueron muy enriquecedoras a todos los niveles; pero, en general, todos queremos volver a trabajar en nuestro país y vivir cerca de nuestra familia y amigos, algo que no siempre es tan sencillo. En el caso de la carrera científica, hace falta más inversión para impulsar el retorno de los investigadores y poder consolidar su trayectoria».
Sonia Medina es una fiel defensora de la paridad, aunque no comulga con la discriminación positiva. «Si se busca la igualdad entre hombres y mujeres, todos debemos tener las mismas posibilidades de obtener ayudas y proyectos. Si a una mujer la benefician por cuota, no es justo, ya que solo persiguen la igualdad numérica y no la igualdad de oportunidades», señala. Indica que actualmente «aunque sigue habiendo menos mujeres en puestos de gestión o de dirección, superan a los hombres en algunas convocatorias de acceso a organismos públicos de investigación. Por ejemplo, el año pasado, de las nueve plazas que había convocadas en el perfil científico específico en el que me examiné, siete fueron aprobadas por mujeres». En su opinión, a día de hoy, no hay impedimentos para que hombres y mujeres opten a plazas o proyectos en igualdad de condiciones.
Por otro lado, considera que, para poder desarrollar una profesión de manera efectiva y exitosa, «el esfuerzo y la constancia son fundamentales, pero también dedicarse a algo que te guste. Mis padres, que no se han dedicado profesionalmente a esta área, siempre me han inculcado que lo importante es poder trabajar en lo que te gusta, siempre nos animaban a ello a mí y a mis hermanos (tres chicas y un chico) y hemos tenido la suerte de conseguirlo».
Ella no tiene hijos, pero sí sobrinas a las que le repite constantemente que es importante «estudiar y formarse, porque la constancia y el trabajo duro tendrán su reconocimiento. Lo más bonito es ser independiente; pero dedicándote a lo que realmente te gusta, que te cree curiosidad, inquietud y pensamiento crítico». Y las anima a «tener un objetivo y perseguirlo, con seguridad en sí mismas y autonomía, se puede lograr cualquier meta».
La investigadora del CEBAS-CSIC considera que a la juventud hay que inculcarle la curiosidad por descubrir. «Es muy emocionante ir a trabajar pensando en que cada día puedes aprender algo nuevo. Nunca dejas de formarte y eso es una ventaja».
«Sería bueno enseñarles a ser resilientes, a tolerar la frustración, a trabajar en equipo. Todo eso hay que hacerlo desde la educación en etapas tempranas, al igual que aumentar la seguridad en uno mismo, la autoestima, creo que es de suma importancia».