En el umbral de la abstracción
Exposición antológica del pintor Enrique Gabriel Navarro
GABRIEL NAVARRO CARRETERO
Lunes, 14 de noviembre 2016, 23:01
La exposición 'Enrique Gabriel Navarro - Antología' constituye un hito en el marco de los esfuerzos por mostrar a la sociedad el conjunto de la creación de un artista, al concitar en su realización la colaboración estrecha entre la Administración local -el Ayuntamiento de Cartagena-, una entidad de ámbito regional y local -la Fundación Teatro Romano de Cartagena-, una institución privada -la Fundación Cajamurcia- y la familia del artista. Tres espacios albergan, hasta el próximo 15 de enero, una exposición en la que se hace un extenso repaso, mediante una selección de obras de quien fuera Hijo Predilecto de Cartagena.
El pintor Enrique Gabriel Navarro nació en Cartagena en 1927 y falleció en 1980. Un artista destacado de la Región de Murcia que dejó una huella singular en el entorno de la ciudad de Cartagena como pintor, como muralista, como docente y como figura dinamizadora de la vida cultural, fundamentalmente en el período de transición democrática de nuestro país. El Gobierno de España le otorgó la Medalla de Plata al Mérito Artístico en fechas previas a su fallecimiento.
La exposición, comisariada por su hijo Enrique Vicente Navarro Carretero, representa toda una vida dedicada al mundo de la pintura, ya que Navarro, a pesar de su muerte temprana, a la edad de 52 años, había realizado una extensa y diversa obra. La inauguración tuvo lugar el 28 de octubre en el Palacio Consistorial de Cartagena y contó con la presencia del concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, David Martínez, y del segundo teniente de alcalde, Francisco Calderón; junto a la directora general de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma, María Comas; Elena Ruiz, directora del Teatro Romano; y el gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, acompañados de los hijos del artista. Seguidamente, se pasó al Museo del Teatro Romano para terminar la ruta de visitas en la sede del Centro Cultural de la Fundación Cajamurcia.
En el Palacio Consistorial, está representada su obra de caballete, desde sus comienzos de aprendizaje hasta la pintura abstracta y sus últimos dibujos. Contemplando esta obra, comprobamos que induce muy diferentes perspectivas sobre un mismo tema y nos invita a adoptar la posición más grata para nuestros sentidos. En pocos artistas de la década de los años 70 del siglo pasado se observa una obra tan versátil sobre el lienzo y una producción de tantos matices cromáticos y variaciones de formas y texturas en obras, que transitan desde el fauvismo y neofauvismo hasta el expresionismo y la abstracción conceptual pura.
El poeta y crítico de arte José Hierro expresaba sobre su obra en 1975: «Yo diría que el tema es lo de menos para este artista. El tema es un pretexto que le permite desarrollar, con toda libertad, las posibilidades del color-materia. Como la poesía, no vale por las ideas, sino por las palabras, por el color ardiente y torturado que las hace expresivas. Es una pintura que está en el umbral de la abstracción».
En el Museo del Teatro Romano, descubrimos su obra mural, que alberga una selección de bocetos originales realizados con acuarelas o témperas sobre papel, como es el caso del boceto para mural de cerámica en el Parque Torres, o el boceto a mitad de escala del mural de la antigua Casa de Cultura, unos murales desaparecidos en la actualidad. Destaca como pieza singular un mural cerámico original, 'Pescadores de Santa Lucía', de 2,5 metros de altura. Y comprobaremos en algunas fotografías la variedad de sus composiciones, desde lo figurativo, como el mural de Santiago en el Puerto de Santa Lucía, algo más expresionista en la cadena de montaje del Grupo Huertas Automoción, hasta lo más abstracto, como en los murales de la Asamblea Regional o de la Fábrica de Licor 43.
El crítico Carlos Areán manifestaba sobre esta obra: «Un mural innovador, que sea al mismo tiempo una obra de arte, no se agota nunca ni en su composición ni en su temática. Los artistas que conciben, desde el primer momento, como grandes conjuntos sus creaciones tienen la intuición de la textura de cada uno de sus fragmentos desde antes de haber realizado el primer pequeño dibujo en blanco y negro».
Su faceta como retratista se muestra en el Centro Cultural de Cajamurcia. Allí contemplamos su evolución desde sus primeros retratos de los años 50, entre los que destaca el de Josefina Carretero, quien fue posteriormente su mujer, hasta los últimos realizados a finales de los años 70. En todos nos atrapa la insondable humanidad que transmiten. El mismo Areán decía: «Captar en la obra el alma de un ser humano es una proeza todavía más difícil que traducir con cuatro rasgos el espíritu de un paisaje o el ambiente de una ciudad. Nos sitúa directamente ante la realidad última del ser y ello puede acaecer lo mismo en el mundo de la más creadora libertad que en el de la tradición académica, siempre que, por muy joven que sea, se tenga el valor suficiente para romper las amarras inmovilizadoras, aunque se mantengan todavía las relacionadas con el saber hacer y con el respeto a la autonomía individual del modelo elegido. Enrique Gabriel Navarro estaba consiguiendo todo esto antes de haber cumplido los veinticinco años...».
Creemos que este acontecimiento artístico puede convertirse en una experiencia seductora e intensa, pues constituye un evento que permite dar a conocer no solo a un artista relevante de nuestra tierra, sino un referente destacado de un período significativo de la historia moderna cultural y social de la ciudad y de toda nuestra Región.