La pasarela de La Manga logra el apoyo unánime del Pleno de la Asamblea

Tras muchos años en los que se consideró inviable crear un paso desde San Pedro del Pinatar hasta el extremo norte de La Manga, fuera a través de un puente o de un túnel, ayer todos los grupos políticos de la Asamblea llegaron al primer acuerdo para hacer uno muy especial: una pasarela de madera que respete el entorno protegido.

El PP, el PSOE e Izquierda Unida apoyaron una petición al Gobierno regional para iniciar los estudios y los proyectos previos a la obra. Y para conseguir también que su construcción no dañe los valores naturales del Parque Natural de las Salinas y los Arenales de San Pedro, por los cuales discurrirá. La pasarela tendrá 1.500 metros de longitud y una estructura liviana hecha fundamentalmente con piezas de madera tratada. Según el plano preliminar, su trazado parte del límite de las sendas peatonales de la reserva natural, en el límite de San Pedro, y serpentea para llegar al extremo de La Manga en la zona de Veneziola.

El diputado popular, José Miguel Luengo, que también es concejal en San Javier, fue quien presentó la moción. Luengo aseguró que la pasarela no afectará a la presencia y la nidificación de los flamencos, las cigüeñuelas y otras especies de aves protegidas. Tampoco a la zona de artes pesqueras tradicionales -las encañizadas- ni a las especies de flora en todo el área del parque.

De hecho, para minimizar el impacto ambiental de esta pasarela se ha tomado como alternativa más razonable habilitar el recorrido sobre una zona «en la que se hizo el tendido de las tuberías que suministran agua potable a La Manga».

Esa actuación de mínimo impacto para el entorno brindará, según Luengo, un panorama insólito imposible de ver desde otro lugar, «con la visión de toda la costa del Mar Menor y sus islas, del litoral mediterránea hasta la playa de La Llana y de los parajes intermedios en los que nidifican las aves». Además, el recorrido podrá complementarse con miradores, puntos de observación ornitológica y, si es técnicamente viable, algún centro de interpretación del entorno.

La utilización de la pasarela tendrá que ser estudiada para que no perjudique a la fauna. «Se puede estudiar el cierre por la noche y también en determinadas épocas de nidificación de las aves», indicó Luengo.

El diputado del PSOE, Francisco Abellán, dio el apoyo de su grupo tras conseguir que en la moción se incluyera la necesidad de tener en cuenta a los dos ayuntamientos implicados, San Javier y San Pedro, para la elaboración del proyecto. «Son ellos los que tendrán que tomar decisiones para aprovechar esa obra», indicó. No consiguió que su apoyo sea considerado vinculante, pero sí que sea obligatorio actuar de manera coordinada con ellos.

Por su parte, José Antonio Pujante, de Izquierda Unida, logró del PP el compromiso de que habrá un control ambiental «adecuado» antes de llevar a cabo esta actuación. Y dio su visto bueno al plan, aunque en la moción aprobada no aparece la obligación de que se haga un informe de impacto ambiental integrado.

Bicis sí, coches no

La pasarela admitirá el paso de bicicletas pero no de vehículos a motor, según el proyecto defendido por Luengo. Así, los partidarios de que la unión con el norte de La Manga descargue de tráfico la entrada a través de Cabo de Palos tendrán que seguir esperando.

La presión urbanística creciente ha supuesto que el movimiento de vehículos alcance puntas de 25.000 vehículos diarios en pleno verano. En las últimas décadas han sido varios los planes para hacer realidad ese acceso norte, desde la propuesta de un puente con un trazado similar al que se ha ideado ahora para la pasarela peatonal, hasta el más reciente de un túnel.

La posibilidad de construir un puente fue totalmente descartada. En cuanto al paso bajo el agua, avalado por una serie de estudios preliminares, suponía construirlo desde Santiago de la Ribera hasta el sur de Veneziola. La iniciativa, pese a contar con apoyos en la Consejería de Turismo, no ha fructificado.