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REGIÓN MURCIA

«Agárrate, creo que quieren TAC»

Sanidad indemniza con 61.679 euros a la familia de una mujer que murió por un ictus no diagnosticado

J. P. PARRA

Viernes, 9 de diciembre 2011, 15:14

Acudió seis veces al médico con dolor de cabeza intenso, cervicalgia, sudoración, náuseas y vómitos, pero ni en el hospital Rafael Méndez de Lorca ni en su centro de salud detectaron la hemorragia cerebral que sufría porque no le hicieron un TAC hasta la última de las visitas, cuando llegó a urgencias ya inconsciente. De hecho, en la tercera consulta, el sanitario encargado del triaje se permitió bromear con el asunto: «¡Agárrate, creo que quieren TAC!», escribió en el parte que entregó al compañero que debía atender a la paciente. La mujer, de 51 años, terminó falleciendo en la Nochebuena de 2009, y ahora el Servicio Murciano de Salud ha indemnizado a la familia con 61.679 euros a través de un acuerdo extrajudicial.

«Todo se hizo mal, porque el primer médico que la vio en el hospital no descartó tener que pedir un TAC craneal, aunque finalmente no lo hizo», explica el abogado Ignacio Martínez, de la asociación Defensor del Paciente, que ha llevado el caso. «La mujer estaría viva si se hubiese actuado correctamente, porque estuvo casi un mes con síntomas, lo que significa que el ictus podía haberse controlado», añade.

E. A. P. (de la paciente solo se conocen las iniciales por expreso deseo de la familia) acudió por primera vez al servicio de Urgencias del Rafael Méndez el 19 de noviembre de 2009, relata el letrado. Se le diagnosticó cervicalgia y cefalea. Al día siguiente se presentó en su centro de salud con el mismo cuadro clínico -dolor de cabeza intenso con sensación de mareo, sudoración fría, náuseas, vómito y cervicalgia- y el médico le recomendó reposo, ratificando el diagnóstico realizado en el hospital.

Le diagnosticaron vértigos

Pero el malestar persistía, así que la mujer regresó al Rafael Méndez tres días después, subraya la asociación Defensor del Paciente. El médico que realizó el triaje -una primera revisión que permite establecer la prioridad de la urgencia- apuntó «a vértigo posicional paroxístico benigno», y advirtió al compañero encargado de atender a la paciente: «¡¡Agárrate, creo que quieren TAC!!». El comentario, alejado de cualquier criterio profesional, quedó reflejado en el documento. Finalmente, se le realizó una radiografía de columna y se le dio el alta.

La paciente «aguantó como pudo» y el día 9 de diciembre volvió al hospital, explica el abogado Ignacio Martínez. Se sometió a una resonancia de columna vertical y se le volvió a diagnosticar «cervicalgia mecánica», junto a contractura del músculo esternocleidomastoideo izquierdo. El 12 de diciembre, el médico de su centro de salud le recetó analgesia y relajantes musculares al ver que el dolor no remitía, relata el Defensor del Paciente.

El día 16, la paciente quedó inconsciente y la familia acudió al servicio de urgencias de Atención Primaria (SUAP), que la trasladó al Rafael Méndez. «Fue un nuevo error», denuncia Ignacio Martínez. «Los médicos de la ambulancia le diagnosticaron acertadamente un accidente cardiovascular hemorrágico, pero la llevaron a Lorca pese a que allí no hay unidad de ictus. Deberían haberla enviado directamente a La Arrixaca», lamenta. En el Rafael Méndez, los facultativos la sometieron al TAC que durante un mes se le había negado, y decidieron su traslado a La Arrixaca. Pero ya era demasiado tarde. Falleció el día de Nochebuena, después de una operación quirúrgica de urgencia que no dio frutos.

Sanidad ha reconocido el error y ha pagado ya a la familia una indemnización de 61.679 euros. Fuentes de la Consejería recuerdan que las negligencias representan menos del 1% de los actos médicos.

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