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Un coche, de noche por lo que hace medio siglo era la Gran Vía de La Manga, una carretera con dos hileras de farolas. :: ANTONIO SOLANO
CARTAGENA

Cuando La Manga era dunas

El Archivo Municipal muestra fotos inéditas del inicio de la urbanización Antonio Solano Olivares, uno de los primeros obreros que edificaron la lengua de tierra, dona a la ciudad 500 imágenes tomadas de 1963 a 1980

ROCÍO GONZÁLEZ

Sábado, 8 de enero 2011, 15:16

Hubo una época en la que La Manga del Mar Menor parecía un desierto. Sin casas, sin aglomeraciones de veraneantes, con sólo una carretera, la principal, y con unas cuantas farolas. Fue a principio de la década de 1960 cuando empezó la urbanización. Una exposición en el Archivo Municipal, en el recinto del Parque de Artillería, muestra hasta el 31 de enero fotografías tomadas de 1963 a 1980.

La exhibición está formada por setenta imágenes de Antonio Solano Oliver, uno de los obreros que trabajó en la empresa que edificó allí en la década de los 60. «Se ven los talleres que hicieron para trabajar y todo. Antonio nos trajo unas 500 fotos para que nosotros las digitalizáramos y las guardáramos en el archivo. Y hemos seleccionado las que nos parecían más interesantes para exponerlas al público», explica el archivero jefe municipal, Cayetano Tornel.

En una película de Escobar

A partir de entonces empezó el llamado desarrollismo. «Ha sido espectacular y al ver las fotografías te quedas asombrado porque antes esa zona era sólo monte y vegetación y una carretera, y ahora todo son casas. Cuando empezó ese proceso Manolo Escobar grabó en La Manga la película 'En un lugar de La Manga', para promocionar un poco la zona. De hecho, una de las fincas que aparece en la película es la de Monteblanco», destaca el archivero.

Por la exposición, que permite reflexionar sobre el urbanismo salvaje sobre todo en entornos naturales de gran valor, y sobre sus consecuencias (sólo queda un pequeño arenal al sur y otro al norte), ya han pasado más de 200 personas.

Algunas, como Marina Sánchez, ha llevado a sus nietos para que se hagan una idea de dónde ella iba a bañarse cuando era cría. «Siempre les digo que La Manga ha cambiado mucho, que antes era todo tranquilidad. Y nunca se lo creían. Ahora, al ver las fotos, se han quedado impresionados», cuenta.

El archivero jefe recalca que la afluencia de visitantes ha sido mayor que con otras muestras. «Está siendo todo un éxito, porque mucha gente que ha venido tiene una casa allí y les interesa ver cómo era antes», dice Tornel.

El 31 de enero es el último día para disfrutar de una muestra que incluye materiales curiosos del archivo como el expediente de la tala de árboles de 1582. «A la entrada de La Manga había mucha vegetación. Había pinos y también enebros. Pero se talaron por razones de seguridad. Los corsarios del norte de África llegaban a hacer pillajes y el Ayuntamiento de Cartagena decidió talar los árboles para verles venir Desde entonces hasta 1960, La Manga no cambió en nada. Seguía sin edificaciones», recuerda Tornel.

En el archivo ya preparan la próxima muestra. Será en febrero y sobre el pedagogo valenciano Félix Martí Alpera. «Será muy diferente a ésta. Pondremos un vídeo, recrearemos una clase de finales del siglo XIX y haremos visitas a escolares», adelanta Tornel.

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