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Ginés Torrano, la voz

ADOLFO FERNÁNDEZ AGUILAR PERIODISTA

Jueves, 29 de enero 2015, 01:52

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En estos últimos tiempos se han muerto aceleradamente extraordinarios murcianos de densas biografías, ciudadanos excepcionales, símbolos valiosos de nuestra región a la que prestaron servicios y amor impagables. Y ahora va y se nos muere también Ginés Torrano.

A lo largo de mi vida he sido testigo de la desaparición de cientos de murcianos, que como Ginés, ya se han muerto, y desde que cerraron sus ojos han pasado a habitar el mundo del olvido. Cuando estoy escribiendo esta semblanza me entero también de la muerte de mi querido amigo Alejandro López Ejido, el médico excepcional, docente, académico y humanista. Ante este torbellino de ausencias definitivas, aun sabiendo que es predicar en el desierto, sé sin embargo, que en un futuro próximo instituciones públicas y políticos con sensibilidad, erigirán un memorial dedicado a enaltecer a los meritorios murcianos fallecidos, auténticos hijos ilustres de Murcia, como ya en su día hubo antes otro en el jardín de Santa Isabel.

Ginés Torrano, al que me unía una viejísima y fraternal amistad, ha padecido durante estos últimos años dolorosas enfermedades, diversas intervenciones quirúrgicas, hospitalizaciones frecuentes. Reconforta saber que, gracias a su abundante discografía y a los avances tecnológicos de hoy, Ginés no desaparecerá del todo de este mundo, y bastará pinchar una dirección electrónica para recuperar su voz que hoy queda vagando por el espacio, y nos hará felices emocionándonos de nuevo con su riqueza cromática y brillantez al revivir 'El último romántico', 'La pícara molinera', 'Goyescas', 'Don Gil de Alcalá', 'Los diamantes de la Corona', 'La Generala'...

Actuó en la ópera de Roma, Liceo y en muchos escenarios más del mundo. Ginés ha compartido protagonismo con los más prestigiosos cantantes de su tiempo, y citaré solo algunos nombres por razones de espacio: Renata Tebaldi, Mario del Mónaco, Teresa Berganza, Victoria de los Ángeles, Marcos Redondo, Manuel Asensi, Pedro Lavirgen, Pilar Lorengar, Inés Rivadencira... ¡Casi nadie al aparato!

Y antes de que el tiempo se ponga amarillo sobre su fotografía, con palabras del poeta, deberemos recordar que Ginés Torrano cultivó todos los campos de la música, del bel canto, la ópera y la zarzuela; dominó la brillantez de los agudos y desveló los secretos de los registros vocales y estilísticos. Investigó el ancestral folclore murciano, compuso famosas obras de carácter regional como la 'Cantata de Antonete Gálvez' y su 'Murcia, huerta de Europa', pregonando las más puras vibraciones murcianistas. Retirado finalmente de los escenarios, dedicó su vida a Ángela, a la Cátedra de Música y Artes Escénicas en el Conservatorio y a la formación de nuevos valores.

Conmuévanse como yo, aunque deban ladear la cabeza si están en público para ocultar su emoción al escuchar su voz solista de tenor cuando canta el 'Himno a Murcia' y entona: « Venga divino tesoro, / entre verdes maizales, / vibra como arpa de oro / el manto de tus trigales...». Evocando la muerte de Ginés vuelvo a alargar la lista de muchos de mis amigos que han desaparecido aceleradamente. Adiós, Ginés. Qué pena que ya nunca más vuelvas a cantar: «Noche de amor, noche misteriosa, / ven hacia mí, sombra de mujer», porque ahora a tu tempo le corresponde la noche oscura, por lo que deberás decir con San Juan de la Cruz: «Cesó todo, y dejeme, / dejando mi cuidado / entre las azucenas olvidado».

Al final de todo, resulta que la vida es como una película de aventuras, pero en la que Gary Cooper muere de verdad. Como ha sucedido también con Ginés Torrano, la voz.

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