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El letrado Antonio Gálvez, junto a Álvaro, ayer, antes de la vista celebrada en San Javier.
«Espero que acabe esta angustia»

«Espero que acabe esta angustia»

Un militar consigue que el fiscal pida la paralización de la adopción de un bebé entregado a los servicios sociales para demostrar que es el padre biológico

Jorge García Badía

Martes, 23 de febrero 2016, 02:14

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No ha tirado la cuna, ni el cambiador, ni la ropita. Álvaro lo sigue conservando todo en su piso de Torre Pacheco mientras sueña con poder tomar en brazos a su hijo. Este militar está tratando de demostrar que es el padre de un bebé que está bajo la tutela de la Dirección General de Familia desde el 31 de diciembre. «No voy a parar hasta que el niño esté conmigo», dice, esperanzado, después de conocer que la Fiscalía de Menores solicitó ayer la paralización del proceso de adopción.

Álvaro y la madre del menor, que nació en el hospital de Los Arcos, fueron citados a una vista en el Juzgado de Instrucción número 6 de San Javier. La batalla judicial de este militar comenzó cuando un trabajador social le informó de que el pequeño seguía vivo, a pesar de que su expareja le informó en noviembre vía WhatsApp de que no tendría al bebé: «Voy a abortar».

En su comparecencia, Álvaro relató al fiscal que «han alterado la filiación» del menor y que dos meses después del nacimiento «sigo sin conocerlo». A efectos legales no tiene derecho alguno sobre el recién nacido al estar registrado con el apellido de la actual pareja de la madre. La Fiscalía le interpeló sobre si realmente mantuvieron una relación sentimental y Álvaro acompañó su testimonio con fotos de pareja, como un viaje que la mujer hizo a Menorca cuando él estaba destinado allí.

Ella niega la relación

También aportó capturas de WhatsApp con conversaciones mantenidas por ambos: «Nene, me están preguntando cómo se va a llamar». En otra, la mujer le confiesa a Álvaro que le ha dicho a su madre que «eres un buen partido». Ninguna de estas pruebas hicieron mella en la madre del bebé, que negó la relación sentimental y, con carácter previo a la vista, interpuso una querella criminal por coacciones contra el militar.

Antonio Gálvez, el letrado de Álvaro, confirmó que «el juzgado la ha rechazado porque es una maniobra para paralizar el proceso civil con uno penal. La Fiscalía ha frenado la adopción hasta que conste la paternidad, y ha pedido la prueba de forma implícita». Su cliente aguarda el auto del juzgado para someterse a la prueba de paternidad, como paso previo a solicitar la impugnación de la filiación.

De momento, el niño sigue bajo la tutela de la Dirección General a pesar de que la madre también lo reclama. El letrado espera que el juzgado se pronuncie pronto. «El tiempo pasa y este hombre sigue sin tener acreditada la paternidad; su deseo es ver a su hijo y al menor se le está privando de eso». Álvaro se sentía ayer «aliviado» y aseguraba que «espero que se acabe ya esta angustia. La salud de mi niño es lo que más me preocupa».

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