Borrar
Francisco Cayuela./ LV
Crece la nómina de paisanos ilustres
LORCA

Crece la nómina de paisanos ilustres

El Ayuntamiento confirma el nombramiento, a título póstumo, de Hijos Predilectos de la ciudad de los maestros del bordado lorquino Francisco Cayuela y Emilio Felices

A. S.

Martes, 27 de octubre 2009, 01:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los nombres de dos lorquinos ya desaparecidos se van a añadir dentro de unos días a las lápidas que existen en la Sala de Cabildos y en las que figuran aquellas personas que han recibido el título de Hijos Predilectos de Lorca. Ayer, el Pleno municipal confirmó, tras el oportuno expediente, la concesión de este reconocimiento a dos maestros del bordado lorquino, con los que esta manifestación artística local propia de la Semana Santa alcanzó sus mayores cotas de perfección. Se trata de Francisco Cayuela y Emilio Felices.

Cayuela y Felices fueron directores artísticos de los Pasos Azul y Blanco, respectivamente, y autores de las piezas, en los inicios del siglo XX, con las que dichas cofradías alcanzaron su máximo exponente en el bordado, hasta el punto de que muchas de sus obras están declaradas Bienes de Interés Cultural.

El alcalde, Francisco Jódar, tras el acuerdo corporativo, manifestó que «el pueblo de Loa tenia una deuda con estos artistas de cuyo ingenio y dirección salieron los bordados que son las únicas obras de arte textiles que tiene la catalogación de BIC en España».

El pintor Francisco Cayuela Sánchez (1874-1933) fue director de la academia municipal de dibujo y dirigió bordados de la cofradía azul, aunque en su haber como muralista se anotan las decoraciones del Casino y de la confitería La Caña de Azúcar.

Pero la faceta que más fama le ha proporcionado ha sido la de director artístico del Paso Azul. Entre sus obras destacan el manto de la Virgen de los Dolores (1905) y los estandartes de El Reflejo, San Juan, La Magdalena y el Ángel velado (1914-1918) y el conocido como del Medallón (1927).

Emilio Felices Barnés (1879-1948), comenzó a trabajar desde muy joven con su padre, Antonio Felices, en labores de dirección artística del Paso Blanco. Sus extraordinarias cualidades como dibujante las aplicó a otras muchas facetas, incluida la enseñanza en la Escuela Elemental de Trabajo.

Pero a Emilio Felices se le recuerda especialmente por los bordados que dirigió para la cofradía blanca, entre ellos el palio del trono de la Virgen de la Amargura (1911-1918), el estandarte de la Oración en el Huerto (1915-1925), el manto de Salomón (1934), y la capeta del negro (1935). También, con la coodirección de José Cánovas, trabajo en la ideación y dirección del manto de la Virgen. Al margen de los temas religiosos a Felices igualmente se le conoce por el bordado del capote de paseo de Joselito en 1917.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios