Borrar
LA ZARABANDA

El ninguneador altivo

GARCÍA MARTÍNEZ

Lunes, 7 de abril 2008, 02:58

A la postre, Zapatero ha vuelto de la cumbre esta de la OTAN sin que el altivo Bush haya querido saber nada de él. No deja de ser una humillación. No sólo para Zapatero, que también para todos nosotros, lo hayamos votado o no. Porque, aún cuando no esté todavía investido, eso no quiere decir que va por ahí en pelotas vivas. El presidente del Gobierno representa a todos los españoles -incluso a los nacionalistas- y si alguien le procura un daño, a nosotros nos lo ocasiona.

Bush dirá que bastante favor le hizo a Zapatero, convenciendo a Aznar para que entrase en la guerra de Irak. Eso puede ser cierto, pero no le da derecho a mearse en todos los españoles, que no tenemos culpa de nada.

También ha podido suceder que Moratinos, como es tan blando, no haya sido capaz de persuadir al otro para que se reúna, aunque sean cinco minutos, con su jefe. Seguro que no ha puesto lo que hay que poner encima de la mesa.

Los españoles no somos furufalla. Aquí, como sucede en el Cabezo de Torres, el más tonto hace relojes. Nuestros políticos serán más o menos gilipuertas, pero los habitante de este país, vistos uno a uno, tenemos una calidad contrastada. Digo yo.

Nadie de nosotros, salvo Zapatero, se quedó sentado al paso de la bandera de los Estados Unidos. Entonces, ¿a cuento de qué viene ese desprecio al conjunto de los españoles? Quizás deberíamos haberle mandado, para convencerlo, a Joseba Egibar, que ese sí que es persuasivo. Otro error político ha sido crear expectativas, dando por seguro que Bush iba a dialogar con Zapatero. Es incomprensible que, en este tan grave asunto, no haya funcionado la censura.

¯¿La censura? ¿Qué censura?

Pues la de siempre, sólo que con distinto collar. El censor nunca muere. Se va acomodando al sistema vigente. En la democracia, la censura existe, sólo que diluida para que se note menos. No aparece en las leyes, ni en los decretos, pero la alimentan, de hecho, los intereses de los poderosos.

Al no tener seguridad sobre la actitud que iba a tomar Bush, lo mejor hubiera sido no anunciar que el encuentro entre los dos mandatarios se iba a producir casi con toda seguridad. Porque se ha dado lugar a que el español medio esté ahora corrido de vergüenza.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad El ninguneador altivo