Borrar
Antoni Van Leeuwenhoek, el comerciante curioso que arrojó luz a la microbiología

Antoni Van Leeuwenhoek, el comerciante curioso que arrojó luz a la microbiología

El holandés es homenajeado por Google con uno de sus doodle por el 384º aniversario de su nacimiento

C. García

Lunes, 24 de octubre 2016, 11:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hay algo que se pasa por alto muchas veces en el mundo de la ciencia y es la curiosidad. No hay descubrimiento posible si no le precede una pregunta, una cuestión que nos haga indagar sobre un hecho. Antoni Van Leeuwenhoek se interesó por los microorganismos que hay en todos los cuerpos y le parecía apasionante mirarlos y observarlos.

Hoy, se celebra el 384º aniversario del naciomiento de Antoni Van Leeuwenhoek, un comerciante cualquiera de Holanda que pasó a la historia de la microbiología sin tener estudios ni muchos conocimientos sobre ello. Él no sabía mucho sobre lo que veía, pero le gustaba mirar por su propio microscopio, que él mismo se fabricaba.

A Antoni Van Leeuwenhoek se le murieron gran parte de sus seres queridos. Cuando él murió en 1723, sólo quedó una hija que heredó todo su legado. Varios centenares de microscopios fabricados por él mismo y una gran cantidad de dinero que Antoni Van Leeuwenhoek había ganado en vida. Su trabajo como comerciante iba muy bien, tanto que encontraba mucho tiempo para dedicarle a su hobbie, la microbiología.

Todo lo que observaba con sus microscopios lo relataba en cartas que después enviaba a la Royal Society. Todas sus cartas fueron estudiadas comprobadas por científicos. Gracias a Antoni Van Leeuwenhoek se supo el proceso de reproducción en mamíferos, él descubrió los espermatozoides o «animálculos» que se movían por el semen.

Tras muchas cartas que contaban sus descubrimientos, la Royal Society reconoció como miembro a Antoni Van Leeusenhoek en 1680. Casi 20 años después, en 1699, la Academia de la Ciencia de París, también lo admitió como miembro. Aunque en vida regaló algunos de sus microscopios y donó muchos a la Royal Society, ninguno se usó tras su muerte.

A pesar de ello, sí se intentó imitar la construcción de esos aparatos sin demasiado éxito. Antoni Van Leeusenhoek dijo que guardaba para él un secreto en su creación. Fue en 1950 que C. L. Stong logró cambiar el pulímetro por un fino hilo de cristal fundido que consiguió crear un microscopio similar al de Leeusenhoek.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios