'Vera', de Elizabeth von Arnim

Everard es un viudo bastante mayor que ella... tan joven. Él aparenta ser un hombre protector, educado, respetuoso. Existe –por parte de Everard– una naturalidad en el trato. Su porte y seguridad enamoran a Lucy, viéndose arrastrada a un matrimonio.

Everard se había convertido en su pilar fundamental depositando en él la confianza de una niña, la seguridad de que todo iba a salir bien. Lucy nunca había conocido a nadie en el que fuera tan sencillo, tan cómodo, apoyarse. Lo justificaba y defendía de todo; la había rescatado del dolor. Era un hombre de reacciones fuertes, indiferente, determinado a hacer lo que le apeteciera, y era consciente que él ejercía el poder, que era el hombre y... Él no prestaba mucha atención a la belleza, más bien a una mujer pedía dedicación plena. Ella joven, ingenua, herida, tímida, perdida...

Conforme avanza la relación, desigual y opresiva, surge la presencia imaginaria de Vera, primera esposa de Everard, que había muerto en extrañas circunstancias. La presencia de Vera se va haciendo cada vez más patente entre ellos. Son las huellas de la esposa..., la ingenuidad y la inexperiencia de Lucy, que se pregunta qué es el amor, dónde está su amante, su marido. ¿Es el matrimonio algo diferente de lo que ella había imaginado? «En el amor se esconde el miedo a herir al amado», piensa Lucy. 'Vera' es una historia psicológica que no decae en ningún momento.