El truco casero del diseñador Juan Avellaneda para arreglar los enganchones de la ropa

Pocas cosas resultan tan frustrantes como ver cómo nuestra prenda favorita -esa que hemos lucido en ocasiones especiales o que acabamos de estrenar- sufre un percance inesperado. Una mancha que parece imposible de quitar, un enganchón inoportuno o simplemente el deterioro propio del paso del tiempo pueden hacernos pensar que ha llegado el momento de decirle adiós. Sin embargo, antes de rendirnos, conviene recordar que existen infinidad de trucos que pueden alargar la vida de nuestra ropa.

Algunas soluciones caseras, como eliminar manchas, ajustar tallas o incluso reparar chaquetas de cuero, forman parte de ese repertorio de recursos que muchos desconocen. En ocasiones, el desgaste natural de las prendas es inevitable, pero en otras, un accidente, como un enganchón que deja un pequeño agujero, puede hacernos creer que una prenda está perdida, cuando en realidad aún tiene solución.

Eso sí, todo depende del tejido. En el caso del punto, por ejemplo, basta con hilo y aguja para un buen zurcido. Pero ¿qué pasa con los tejidos delicados, como el satén? Este material, que puede aportar a nuestro look un toque elegante y sofisticado, también resulta bastante delicado. Tanto, que parece que la única opción -si no queremos lucir la prenda con una marca visible- sea desecharla. Afortunadamente, si te encuentras en esta situación, la buena noticia es que puedes remediarlo fácilmente.

El conocido diseñador español Juan Avellaneda ha compartido un truco tan simple como efectivo para eliminar los molestos enganchones en prendas de satén. Y, sin duda, lo mejor de todo es que no hace falta ser un experto en costura ni recurrir a la modista.

«¿Quieres saber la solución para cuando te pasa esto con un vestido?», pregunta Avellaneda en uno de sus vídeos. La respuesta, lejos de implicar complejas técnicas, no puede ser más simple: utilizar una moneda. El método consiste en colocar la prenda del revés y presionar suavemente el enganchón con el canto de una moneda. El resultado, según muestra el propio diseñador, es sorprendente: el hilo vuelve a su sitio y la marca se disimula por completo… podría decirse que hasta desaparece.

«Así que ya sabes, un truquillo para tener la ropa siempre perfecta cuando te pasan estas cosas», concluye Avellaneda. Además de su sencillez, otra de las ventajas de este truco es que no tendrás que reponer esa prenda y, por ende, tampoco hacer un desembolso de dinero.

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