La última voluntad de una señora que manda a paseo a sus familiares en su esquela

Cuando una persona muere, en ocasiones se publica una esquela en los periódicos locales que informa del deceso. Suelen ser los familiares quienes eligen crear una esquela que especifica el nombre, fecha, ciudad y lugar donde se celebrará el funeral, así como la lista de personas que comunican la noticia. También es habitual que ellos utilicen la esquela para recordar al fallecido o bien en clave de pésame, en un recuadro de luto.

En otras ocasiones, aunque las menos frecuentes, es el propio fallecido el que prepara su esquela en vida para su publicación póstuma. A veces, la esquela sirve para dar la puntada a todas esas personas que no se comportaron como debían y maltrataron la relación que tenían con el fallecido. Es el caso de esta señora, que decidió publicar una esquela 'a posteriori', que un lector del periódico compartió en Twitter admirando la claridad de la señora: «¡Las cosas claras! Sin indirectas. Sin anestesia.», escribía el usuario @pgsarria.

La última voluntad de Mª Paz Fuentes Fernández, vecina de la localidad de Lugo, en Galicia, no fue otra que la de mandar a paseo a aquellos familiares que la habían dejado de lado en vida. La mujer falleció el pasado 2 de junio y dejó por escrito su deseo de alejar de su funeral a las personas de su entorno que no la habían cuidado: «Impongo mi última voluntad para que solo se deje asistir a mi funeral, en el tanatorio, iglesia y cementerio a las personas que menciono a continuación: Fina García Vázquez, Juan Pedro Tejero García, Antón Montenegro, Segundo Viñas, Carmelita, Julián Francés, Rosa, Ana Tere Fernández, Ascensión Rodríguez, Susana, Silvia, Noelia, Pilar Lema, Ricardo, Juan...».

La mujer tenía muy claros los nombres de las personas que sí consideraba merecedoras de asistir a su despedida. Se trataría de familiares, amigos o allegados de la fallecida que habrían estado a su lado. Por ello decidió hacer caso a su corazón y «siguiendo mis principios y mi particular manera de decir las cosas», la llevaron a dejar por escrito una voluntad que debió herir a algunas de las personas que dejó fuera. Pero ella lo tenía claro «ya que hace mucho que mi familia no es de sangre». Para todos aquellos que quedan fuera de la lista de nombres que eligió, la mujer les dedicó unas palabras: «Al resto de gente que jamás se preocupó durante mi vida, les deseo que sigan tan lejos como estuvieron», sentencia en su esquela.

Tras la publicación de la esquela en Twitter, numerosos usuarios reaccionaron y opinaron sobre las palabras de la mujer. Algunos aplaudían la decisión y la expresión clara de la mujer: «Maravilloso», «Olé, olé y olé», «No quiero imaginar lo que pondrá en el testamento. No queda vivo ni el apuntador» o «Se fue sin rencor. Solo le faltó poner ¡Hijos de puta!». Otros se lo tomaban con humor y pedían que la historia continuara: «Debe de ser un culebrón», «Nos vamos a quedar con las ganas de saber más».