Retiran 52 modelos de mascarillas por no proteger lo suficiente frente al coronavirus
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios alertan de esta protección facial porque no tienen una suficiente eficacia de filtración y ajuste al contorno del rostro
la verdad
Jueves, 20 de mayo 2021
Llevar la mascarilla es eficaz para frenar el coronavirus pero colocarla de forma incorrecta o portar una que no es adecuada se convierte en contraproducente. Los expertos durante la pandemia han insistido en la importancia de sellar bien la protección facial al rostro y elegir las que estén homologadas.
Desde que irrumpió la Covid-19 y se hizo necesario el uso de la mascarilla el Sistema de Alerta Rápida de la UE (RAPEX) ha retirado 160 modelos diferentes. En lo que va de año ya son 52 las que no cumplen la normativa europea de protección. Por esta razón, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta de las mascarillas FFP2 o similar que no se comercializarán porque no protegen lo suficiente.
Este tipo de tapabocas son la opción más recomendada por la comunidad científica ya que son muy eficaces. Pero estas mascarillas se han retitado debido a una insuficiente eficacia de filtración de partículas hacia el interior, menor al 92% que exige la normativa europea (52% de las alertas), un deficiente ajuste al contorno del rostro (20%) o la falta del certificado que acredita su eficacia (54%).
Consejos a la hora de comprar mascarillas
Desde la OCU recomiendan comprar las mascarillas en farmacias, supermercados y establecimientos de confianza. Para evitar riesgos lo mejor es no acudir a los market places de las grandes plataformas de venta on line ya que es ahí donde se han detectado algunas de los modelos recientemente retirados. Muchas veces se opta por adquirirlas en estos establecimientos porque se piensa que son más baratos pero recuerdan que no siempre es así. Además, el tiempo de espera para su entrega puede ser muy largo y en ocasiones el derecho de devolución no se respeta.
Para asegurarse que es una buena protección hay que comprobar que el etiquetado dispone del marcado CE y la referencia a la norma EN 149 junto a un número de cuatro cifras que identifica al laboratorio certificador, que deberá coincidir con la información del fabricante en su página web.