La OCU advierte que la compra compulsiva de aceite de girasol podría provocar una subida de su precio

Son muchos los alimentos que se han encarecido como consecuencia de la Guerra de Ucrania, al igual que otro tipo de suministros, como la gasolina. No obstante, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) quiere generar tranquilidad ante la alarma generada por la posible falta de aceite de girasol procedente del país ucranio. En primer lugar, advierte de que, hoy por hoy, no debería existir un déficit de este alimento en los supermercados, ya que el que se vende actualmente procede de la cosecha del pasado verano (antes de la guerra). El otro motivo para no preocuparse es que, hasta la siguiente cosecha, podría impulsarse la producción nacional o la comercialización de otros aceites vegetales asequibles, como el de soja, el de colza o el de orujo de oliva. De hecho, señala que España es el primer productor mundial de aceite de oliva.

A su vez, la OCU «lamenta» la reducción de las ventas de aceite de girasol que se están llevando a cabo en grandes cadenas de supermercados, pues «genera una creciente alarma entre los consumidores y favorece, por lo tanto, la subida de su precio. Un precio que viene ya incrementándose notablemente desde el año pasado por circunstancias ajenas a la guerra de Ucrania». Asimismo, la organización recuerda que limitar la cantidad de artículos que pueden ser adquiridos por cada comprador está prohibido por la Ley del Comercio Minorista, reflejado en su artículo 9.2.

Por otro lado, la OCU también advierte a los consumidores de no almacenar el aceite de girasol de forma compulsiva, ya que, incluso conservado en condiciones ideales, tiene una fecha de consumo preferente de alrededor de un año desde su envasado, pasada la cual pierde calidad y empieza a enranciarse.

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