¿Por qué bostezamos? Estas son algunas de las posibles causas

Los días que has dormido peor o que te has tenido que despertar antes de lo normal, el número de bostezos se intensifica sin quererlo. Si has realizado un largo viaje, la fatiga al volante puede manifestarse de esta forma o si has dormido menos de lo habitual. Bostezar es un acto involuntario en el que una persona abre la boca y respira profundamente, llenando los pulmones de aire. Normalmente, no te das ni cuenta, pero hay días en los que has dormido especialmente mal y no paras de bostezar.

Algunos son cortos y otros duran varios segundos antes de una gran exhalación. Este acto se relaciona al cansancio, pero los investigadores no están muy seguros de por qué ocurre, pero los desencadenantes comunes coinciden: suelen ser la fatiga y el aburrimiento. También existe una creencia popular que rodea este gesto, se cree que los bostezos son contagiosos y pueden tener que ver con la comunicación social.

Un estudio de 2013 publicado en el Journal of Applied and Basic Medical Research sugiere que bostezar puede ayudar a enfriar la temperatura del cerebro. El bostezo excesivo sucede cuando esta acción se repite más de una vez por minuto y puede ser un síntoma de un problema médico detrás.

También existen condiciones que pueden causar una reacción vasovagal, que resulta en un bostezo más extenso. Durante una reacción vasovagal, aumenta la actividad en el nervio vago. Este va desde el cerebro hasta la garganta y llega al abdomen. Cuando se vuelve más activo, la frecuencia cardíaca y la presión arterial disminuyen y la reacción puede indicar cualquier cosa, desde un trastorno del sueño hasta una afección cardíaca grave.

No se conoce la causa exacta de bostezar excesivamente, ya que cada paciente es un mundo, pero puede ocurrir como un resultado de la somnolencia, el cansancio o la fatiga; trastornos del sueño, como la apnea del sueño o narcolepsia, efectos secundarios de los medicamentos utilizados para tratar la depresión o la ansiedad, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o el sangrado dentro o alrededor del corazón. Existen otras causas menos posibles: un tumor cerebral, un infarto, epilepsia, esclerosis múltiple, insuficiencia hepática o incapacidad del cuerpo para controlar la temperatura.

Cuando los pacientes noten un aumento repentino de los bostezos y del cansancio, especialmente si son con frecuencia y sin razón aparente, deben consultar a un médico. Para dar con el motivo de un aumento de los bostezos, el médico querrá conocer los hábitos a la hora de dormir del paciente, asegurarse de que disfruta de un sueño adecuado. Esto puede ayudar a determinar si las causas del bostezo excesivo se deben a la fatiga o por sufrir un trastorno del sueño.

Si descarta estas opciones, tendrá que realizar otras pruebas como puede ser un electroencefalograma para medir la actividad eléctrica del cerebro o una resonancia magnética, que ayuda a los médicos a visualizar las estructuras corporales.

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