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El asesino de Laura Luelmo tenía un sueldo en la cárcel como preso de confianza

Bernardo Montoya alardeó en la prisión ante su novia tras asesinar a la joven profesora: «He matado a un payo», le dijo

LA VERDAD

Viernes, 21 de diciembre 2018, 08:09

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Bernardo Montoya, el asesino confeso de la joven Laura Luelmo, a la que violó tras haberla dejado inconsciente y posteriormente dejó morir en la zona donde varios días después se encontró el cadáver, es un viejo conocido de los funcionarios de prisiones. En la cárcel de Huelva la Ribera, donde ingresó en 1994 después de haber matado a Cecilia, una anciana de Cortegana a la que apuñaló primero y luego mató para que no pudiera denunciarle, lo conocen muy bien. Un funcionario de prisiones con el que ha hablado el diario 'ABC de Sevilla' cuenta que comenzó siendo un preso conflictivo, especialmente durante los primeros años de condena, donde llegó a protagonizar agresiones a los trabajadores de la cárcel y enfrentamientos de todo tipo.

Según este funcionario de prisiones, Bernardo Montoya fue apaciguando su carácter con el paso del tiempo, hasta tener una relación «estricta» con los trabajadores del «módulo de respeto» en el que acabó siendo ingresado. Allí están casi todos los presos con delitos de sangre, aunque este funcionario aclara que ser culpable de asesinato no implica que los presos se comporten violentamente dentro de la prisión. El asesino de Laura Luelmo sí lo era al principio, aunque con el paso de los años fue moderando su comportamiento.

Fruto de este cambio de comportamiento, Bernardo Montoya pasó al grupo de los denominados 'presos de confianza' con un «destino retributivo». Así se conoce en instituciones penitenciarias el trabajo que hace un condenado dentro de la prisión y que cobra por ello. Bernardo Montoya tenía un sueldo de 280 euros mensuales dentro de la cárcel por hacer labores de mantenimiento. También tenía acceso «a lugares muy restringidos que otros presos no tienen», dice el funcionario que ha hablado con 'ABC de Sevilla'.

Vídeo. Vecinos de El Campillo asaltan el coche que llevaba a Bernardo Montoya. ATLAS

Este salario que se paga a los internos es de libre disposición para lo mismo, es decir, no es exclusivamente para gastarlo dentro de la prisión. «El preso puede hacer con su dinero lo que quiera, incluso sacarlo de la cárcel cuando lo pongan en libertad, lo que está prohibido es gastar más de cien a la semana dentro», dice el funcionario de prisiones. Este tipo de salarios, el 'peculio', está pensado para ayudar a comenzar la reinserción en la sociedad de los presos que en los últimos tiempos de su condena muestran un buen comportamiento. El asesino de Laura Luelmo estuvo cobrando este salario durante tres meses.

Alardeó del asesinato de Laura

La misma prisión en la que estuvo internado tantos años Bernardo fue la que visió en los días clave en los que se estaba buscando a Laura Luelmo. Alló acudió a ver a su novia, que está internada en el módulo de mujeres, con quien tuvo un vis a vis el 14 de diciembre. Dos días después de la desaparición de Laura Luelmo, que ahora se sabe que durante esos días fue violada por el asesino confeso.

Vídeo. El presunto asesino de Laura, un criminal endurecido con problemas de sensibilidad emocional

Cuando esta mujer se enteró de lo que había hecho Bernardo Montoya al ser interrogada por la Guardia Civil se derrumbó y colaboró en todo momento con la investigación. De hecho, ha trascendido que el hombre le había contado que había matado a alguien, pero no contó que había sido Laura. «He matado a un payo», le dijo a su novia en el encuentro que tuvieron en la cárcel. Seguramente no tuvo la valentía de contar que a quien había asesinado y violado era a Laura Luelmo.

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