La tamborada puede con la lluvia en Mula
Miles de visitantes y vecinos hacen sonar sus redobles bajo el agua para celebrar la estrenada distinción de fiesta de Interés Internacional
Mula vivió su madrugada más atronadora. La lluvia, que hizo acto de presencia, no impidió que miles de vecinos y visitantes de diversos puntos de España disfrutaran de la tradicional Noche de los Tambores, cuya celebración se alargará hasta las cinco de la tarde de hoy. Durante toda la jornada, la borrasca estuvo amenazando la gran fiesta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y que este año estrena la distinción de Interés Turístico Internacional, pero las ganas de los muleños se impusieron al frío y al agua.
La jornada empezó a calentar motores pasadas las siete de la tarde, cuando las calles comenzaron a llenarse de vecinos y visitantes. Hasta la localidad llegaron tamboristas de los diecisiete pueblos con raigambre en el toque y redoble del tambor, principalmente de Moratalla, Hellín, Tobarra y Agramón, las poblaciones del Bajo Aragón, Alzira y Alcora de Valencia, y Baena. También estuvieron presentes tamboristas de Jumilla, Cieza y Las Torres de Cotillas.
Sobre las ocho de la tarde empezaron a escucharse los primeros sonidos, dentro de las casas. Se trataba de los tamboristas que estaban preparando sus instrumentos y calentando sus manos para el gran espectáculo. El profano de la tradición no entendía que solo se trataba de un entrenamiento, para que, a partir de la medianoche, todo estuviera listo. Los turistas, además de explorar las costumbres locales, observaron cómo estos se preparaban en los bajos de los edificios y en los locales de las peñas, que estaban repletos de gente ansiosa por disfrutar de esta tradición.
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La gran fiesta arrancó cuando el reloj de la plaza del Ayuntamiento marcó la medianoche y se empezó a escuchar la fanfarria. En ese momento, los muleños, ataviados con sus correspondientes túnicas negras, comenzaron el repicar de sus instrumentos. Fue el resurgir de la pasión muleña por el tambor y la Semana Santa; el ambiente idóneo para cualquier turista. Por momentos, la lluvia provocó que muchos tamboristas tuvieran que resguardarse en bajos, restaurantes y cafeterías, pero los tambores no dejaron de sonar.
Quienes no quisieron perderse la gran tamborada fueron el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, que estuvo acompañado de varios dirigentes populares. También presenció el espectáculo el delegado del Gobierno, José Vélez, así como varios alcaldes.
Dispositivo de seguridad
El Ayuntamiento dispuso de un hospital de campaña, con equipo médico de emergencias, para acoger cualquier posible intervención, además de vehículos especiales de traslados sanitarios. También se desplegó un plan de seguridad, con la dotación de numerosos efectivos, tanto de agentes de la Policía Local como de Guardia Civil, que contaron con el apoyo de los voluntarios de Protección Civil, como por efectivos del cuerpo de bomberos. La Policía Local mantuvo algunas calles cortadas al tráfico desde las 20 horas hasta las seis de la madrugada, y el dispositivo de seguridad continuó activo mientras existía afluencia de gente en el casco urbano del municipio.
Viernes y domingo
Mula revolucionó este año su Semana Santa con una tradición que tiene su origen asociado a una protesta por la excesiva religiosidad que se imponía al pueblo llano en determinadas etapas de la historia. Se trata de la fiesta más singular de todo el calendario. Los turistas disfrutaron con los toques de tambor, que se escuchaban en zonas ubicadas fuera del municipio. La celebración continúa hoy. Pero, como viene siendo habitual, los tambores volverán a ser los protagonistas el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección.