Un Vía Crucis penitencial para recibir la Semana Santa

Cartagena tiene el privilegio, y presume con orgullo, de abrir la Semana Santa en España con el Vía Crucis de la madrugada del Viernes de Dolores, que procesiona la Ilustre Cofradía del Santísimo y Real Cristo del Socorro en el día grande de Cartagena, por coincidir con la celebración de la festividad de su Patrona, la Santísima Virgen de la Caridad.

Dos agrupaciones señeras conforman este Vía Crucis penitencial, la de Portapasos del Cristo del Socorro y la de Portapasos de la Santísima Virgen de la Soledad del Consuelo. Se trata, sin duda, de la procesión más austera de cuantas se celebran en la Semana Santa local. Un Vía Crucis marcado por un solemne silencio, solo roto por el tambor de sordina y el susurro de las oraciones que marcan las estaciones penitenciales.

Miles de cartageneros y curiosos abarrotan cada madrugada del Viernes de Dolores las céntricas calles de la ciudad para ver procesionar los tronos del Cristo Moreno (Manuel Ardil) y de la Virgen de la Soledad del Consuelo (José Hernández Navarro), en un vía crucis que guarda la esencia de cuando hace décadas discurría por el ya desaparecido barrio de pescadores, recorriendo algunas de sus calles más céntricas. Existen puntos de gran confluencia por su tipismo, como es la plaza de San Ginés, tras abordar la calle de la Concepción, así como las paradas en Santa María de Gracia y la iglesia de la Caridad. En estos dos últimos templos el vía crucis realiza sendas paradas de especial significado y relevancia, una para saludar a la Virgen del Rosell, antigua patrona de Cartagena, y la segunda, siendo testigos de la primera misa a la actual patrona de Cartagena la Virgen de la Caridad.

Un año más, los tronos no podrán entrar en la Basílica de la Catedral como era intención de la cofradía, tal y como asegura su hermano mayor, Javier Pavía, que confía en el buen desarrollo de este vía crucis en el que tanto esfuerzo vuelca cada año la hermandad.

Abre la procesión la Virgen de la Soledad del Consuelo, marcando con sosiego el camino a un Cristo del Socorro, postrado sobre un manto de flores rojas sin perder la perspectiva de un cielo cartagenero que le saluda compungido. Le preceden la Cruz Tosca y los alumbrantes, con sus bellos hachotes repicando solemnemente el adoquinado de la ciudad. Cierran el vía crucis la junta de damas de la Cofradía, la presidencia y el clero, que va rezando las estaciones del vía crucis.

La procesión partirá puntual (3.30 horas) desde el parque cornisa del Teatro Romano, a escasos metros de las ruinas de la antigua Catedral. Minutos antes la cofradía realizará el acto de imposición de escapularios a los hermanos de número y a los de honor debutantes. Tras las paradas de rigor en Santa María de Gracia y la Caridad, y ya con las primeras luces del día abriéndose paso, el cortejo llegará a la plaza de San Ginés, donde se entonará la salve a la Soledad del Consuelo.

La Cofradía del Cristo del Socorro tiene su origen en la milagrosa sanación del hijo del Duque de Veragua, Capitán General de las Galeras de España, en 1689, coincidiendo con una rogativa de agua en la que salía el Cristo Moreno desde la Catedral de Cartagena. A partir de la fundación de la cofradía dos años después, esta imagen de mediados del siglo XVI cambió su nombre por el de Cristo del Socorro. Históricamente, la cofradía se mantenía por las aportaciones de sus hermanos y por una pensión vitalicia que pasaba la Casa de Veragua.

La Cofradía ha pasado por distintas refundaciones, la última de ellas en 1961, después de que en plena Guerra Civil la cofradía perdiera todo su patrimonio. Tradicionalmente, el Vía Crucis partía de la Catedral, pero con su degradación pasó a trasladarse a Santa María de Gracia y actualmente lo hace desde el parque cornisa del Teatro Romano, muy cerca de la antigua Catedral.