Sekou realizando un pase. Andrés Molina / AGM

El Real Murcia se estrella ante su impotencia y un Teruel sólido

Los granas, que frenan en seco su escalada en la tabla, apenas disfrutaron de una buena ocasión y provocaron algunos pitos de una afición desilusionada

Domingo, 16 de noviembre 2025, 15:50

El Real Murcia no termina de arrancar. Con sus dos victorias seguidas en liga había recuperado algo del terreno perdido en el inicio del curso, incluso una parte de la ilusión tirada por la borda en la etapa de Etxeberria, pero necesitaba un tercer triunfo ante el modesto Teruel para confirmar la reacción, para dar un puñetazo en la mesa y demostrar que estaba listo para luchar por colarse en la guerra del 'playoff' tras muchas semanas lejos de la zona alta de la tabla. Pero lo que se vio en el Enrique Roca fue justo lo contrario.

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Los fieles granas, que le han dado a su equipo una nueva oportunidad tras el cambio en el banquillo, se fueron a sus casas con más dudas de las esperadas y casi confirmando que su equipo sigue atascado y que no hay ninguna evolución más allá de un par de buenos resultados. El Real Murcia se estrelló ante el modesto Teruel, que apenas puso orden, trabajo defensivo y un buen plan para llevarse un punto del Enrique Roca. Esa fue la triste realidad que desenmascaró un partido que dejó a la luz los agujeros del equipo grana. Lo de este mediodía fue un frenazo en toda regla, un paso atrás en lo deportivo y en lo anímico, y también un cruel baño de realidad.

Real Murcia

Gazzaniga, Jorge Mier, Héctor Pérez, Sekou (Palmberg, 70), Andrés López (Cristo Romero, 63), Antonio David, Juan Carlos Real (Isi Gómez, 70), Ekain (Pedro León, 45), Pedro Benito, Álvaro Bustos (David Vicente, 84) y David Flakus.

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Teruel

Rubén Gálvez, Van Rijn, Goyo Medina (Álvaro García, 54), Hugo Redón (Blesa, 65), Sergio Moreno (Arguijue, 84), Teddy(Jorge Padilla, 54), Relu, Andrés Rodríguez (Joseda Menargues, 84), Albisua, Del Moral y Manel Royo.

  • Árbitro: Federico Javier Sáiz, del comité balear. Mostró tarjetas a Teddy.

  • Incidencias: Estadio Enrique Roca de Murcia, 13.987 espectadores.

Colunga no puede arreglar cosas que no están en su mano, como la descompensación en ciertas parcelas del campo, o que haya futbolistas con pedigrí y mucha responsabilidad que no dan la talla. Porque el problema del equipo grana no es que Sekou, Andrés López o Héctor Pérez se equivoquen de vez en cuando, es lo natural, lo peor es que hay otros como Isi Gómez, Pedro León, Juan Carlos Real o Álvaro Bustos, capitales en este proyecto, que no están y que están dejando huérfano a un Real Murcia que todavía debe despertar. Eso sí, el técnico ovetense hizo algunos cambios durante el encuentro difíciles de explicar que tampoco mejoraron la imagen de su equipo.

Un mal arranque

El once grana venía cargado de algunas sorpresas. Como la ausencia de inicio de Isi Gómez, que estaba jugando todo con Colunga y que tras sus grises actuaciones se fue al banquillo. Un movimiento que acarreó la vuelta al once titular de Juan Carlos Real, que tampoco termina de estar. Lo peor fue la ausencia por molestias físicas de Alberto González, que tras aguantar varias semanas al borde de la lesión, cayó y deberá parar unas semanas. Enfrente estaba un Teruel, un lobo disfrazado de cordero, un recién ascendido que se ha colado en la parte alta de la tabla y que tiene en el banquillo a Vicente Parras, un veterano de guerra de la antigua Segunda B y la Primera Federación que sabía cómo hacer daño a un Real Murcia al que conoce muy bien.

Y con estas premisas la primera parte dejó más dudas que motivos para la esperanza. Lo mejor fue que el equipo grana no recibió ningún gol cuando pasó por sus peores momentos de los primeros cuarenta y cinco minutos. Sobre todo porque los granas, tras unos primeros minutos correctos, comenzaron a cometer errores, sobre todo en la parte de atrás. Antonio David, que hace unas semanas estaba en el dique seco, tenía la responsabilidad de hacer jugar el equipo y en alguna ocasión metió la pata, sobre todo a los diez minutos, cuando en un balón atrás habilitó a un delantero turolense que no pudo rematar gracias a la oposición de Sekou y Andrés López. El resto de sus compañeros se contagiaron de lo que pasaba atrás.

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No obstante, el jugador cedido por el Albacete fue creciendo en el partido y mostró valentía y personalidad arriesgando en otras salidas de balón más productivas. La defensa, en cuadro, se fue reponiendo poco a poco y el Real Murcia se fue acercando a la meta de Rubén Gálvez, aunque con demasiada timidez. Juan Carlos Real también recibió pitos de la afición por su imprecisión y por no dar un claro pase adelante para comandar a su equipo. La historia interminable. El equipo grana estaba tan frío de cara a la meta local y su primer saque de esquina a favor llegó en el minuto 34, toda una evidencia de que algo no estaba funcionando en el equipo de Colunga.

Hasta que en el tramo final del primer acto el Real Murcia dio un paso adelante y al menos puso más corazón e intención. Y también la mejor ocasión del partido: un pase en largo de Pedro Benito para un David Flakus que pudo correr con metros por delante por primera vez. Eso sí, la presencia de un defensor le obligó a escorarse más de lo deseado y a disparar ligeramente desviado. Al menos el equipo grana terminó el primer tiempo más cerca de la portería del Teruel que de la suya. Para la segunda, Colunga apostó por un cambio de primeras; sentó a Ekain, algo gris, y dio entrada a Pedro León, con pocos minutos en las últimas semanas. Un cambio arriesgado.

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Todo siguió igual

Pero en la segunda parte no mejoró nada, más bien lo contrario. Los granas quisieron iniciar el segundo acto con energía, como acabó el primero, pero no lo consiguió. Bustos puso un centro al área, fue toda su aportación durante el partido, pero no encontró rematador. El Teruel no estaba ni asustado y cada vez se mostraba más cómodo. A los 56 minutos hubo un amago de conexión entre Pedro Benito y Flakus, pero la jugada quedó en nada. De lo que hicieran el gaditano y el esloveno podía depender el futuro del partido debido a la falta de ideas de la medular grana. De hecho, una y otra vez la salida de balón recaía en Antonio David, Sekou y Héctor Pérez, que demasiado hizo con mantener la entereza durante todo el choque, pero el atasco siguió hasta el final. El Real Murcia fue un equipo plano que se ahogó en su propia inoperancia ante un Teruel que esperó su oportunidad.

De hecho el equipo de Parras, muy trabajado y seguro de lo que hacía, pudo adelantarse en el marcador en un remate a bocajarro de Padilla que sacó con su cuerpo Gazzaniga. Nada de lo que entró desde el banquillo mejoró a un Real Murcia bloqueado que vio como los minutos fueron pasando sin tener ni siquiera una oportunidad de verdad de llevarse los tres puntos. Tampoco a balón parado, una disciplina en la que el Real Murcia, que botó hasta ocho saques de esquina, no generó ni una ocasión de gol. Unos números muy pobres de un equipo que suma cuatro jornadas sin perder, pero que necesita más si de verdad quiere mirar hacia arriba en lo que queda de campaña.

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