David Flakus, un amor imposible que se escapa del alcance del Real Murcia

Finalizada su cesión, de regreso a un Castalia donde nunca funcionó, David Flakus no se volverá a vestir de grana, pero tampoco de albinegro. El gran rendimiento ofrecido por el ariete eslavo durante su periodo de cesión ha aumentado su cartel, y desde el Castellón pretenden hacer caja con el jugador que firmaron libre el pasado verano. El Real Murcia contaba con un derecho preferencial para conseguir la propiedad de Flakus tras el término de su cesión, pero su precio, en torno al millón de euros, se escapa para un equipo condenado a la deficitaria Primera Federación.

Apartado del fútbol profesional y el juego económico de los derechos televisivos, la posibilidad de una nueva cesión desde el equipo que adquiera sus derechos es, de momento, jugar al fútbol ficción. Pero todo el murcianismo estaría dispuesto a intentar retener por todas las vías posibles a un delantero carismático que ha cautivado a toda una grada en apenas cinco meses.

Tras disputar unos 160 minutos residuales en la primera parte de la campaña con el Castellón, el Real Murcia consiguió la cesión de David Flakus tras mostrarle la puerta de salida a José Ángel Carrillo en el mercado invernal. Cuarenta minutos desde el banquillo en sus dos primeros partidos de grana precedieron al gol y asistencia en su primera titularidad para golear al Marbella a domicilio. Desde aquel día, en el Real Murcia jugaron el ariete de Maribor y diez más.

Las cifras de Flakus en los 19 partidos que ha vestido la casaca grana arrojan un total de siete goles y tres asistencias en 1.286 minutos totales; unos datos soberbios que no entienden de tiempos de adaptación y se resumen en una participación de gol cada 130 minutos. Pero su idilio con la grada del Enrique Roca fue más allá de números; el 'cómo' estuvo encima del 'qué'. De los últimos seis partidos de liga disputados en el feudo grana, Flakus anotó en cinco, con momentos memorables como aquel gol al Ceuta cargado de suspense que permitía seguir soñando con el ascenso directo, o el penalti en el último minuto del partido final de liga que fue a la escuadra para sellar el segundo puesto.

Solo cuando se certificó su presencia en el 'playoff', en duda por su convocatoria para el Europeo sub-21 con Eslovenia, el murcianismo comenzó a creer de verdad en conseguir el ascenso en las eliminatorias, donde dejó su último truco de magia vestido de pimentonero, con aquel taconazo sublime para asistir a Pedro Benito en el Nou Estadi.