Todos los secretos detrás del buen vino
Rutas en bicicleta, atardeceres con Dj, visitas guiadas y catas... Las bodegas de la Región dan a conocer sus 'joyas' con mucho ingenio
NATALIA BENITO
Sábado, 25 de enero 2020, 17:00
Saber distinguir entre un crianza o un reserva, conocer los procesos manuales y mecánicos del paso de la vid a la botella o aprender a ... seleccionar el maridaje perfecto, son algunos de los atractivos que se pueden conocer durante una visita a bodegas de la Región de Murcia. Una experiencia en la que, según cuenta Magui Gómez, de Bodegas San Isidro (DOP Jumilla), «se inculca la cultura del vino y se pone en valor la labor profesional, desde el agricultor, hasta el personal técnico».
Esta bodega ofrece visitas guiadas con su posterior degustación y cata de vinos, y del aceite que se elabora en la almazara. Además, se realizan diferentes actividades de ocio en las que el vino continúa siendo el protagonista. Por tercer año consecutivo, la bodega forma parte del programa 'Yoga entre barricas'. «Tras la relajación y concentración que aporta esta actividad, después el vino se saborea de otra manera». La bodega ofrece también la posibilidad de realizar una vendimia en familia «para que los niños sepan cómo se hacía antes el vino». Se trata de una bodega que destaca por sus dimensiones, «parece una gran empresa», y cuyo funcionamiento es, para Magui Gómez, lo que más sorprende a los visitantes del lugar donde nacen vinos como 'Sabatacha', 'Gémina' o 'Numun'.
Hace tres años que Casa Rojo abrió las puertas de su bodega, situada en el paraje de La Raja, al límite sur de Jumilla, a los visitantes y actualmente ofrece diferentes planes en función de la época del año. En la visita más amplia, de cinco horas de duración, se da a conocer el proceso completo de elaboración de los vinos, comenzando por una breve sesión de relajación en el viñedo. La actividad culmina con una comida-maridaje de cinco de sus vinos con cinco propuestas gastronómicas. Además, se realiza una iniciación a la cata de vinos, impartida por el sumiller de la bodega, Fran Hidalgo. Uno de los atractivos de la bodega es observar cómo el sol se esconde entre los viñedos, desapareciendo por la sierra de El Carche. En verano, se convierte en «algo mágico, ya que contemplamos el atardecer frente al viñedo y acompañados por el ritmo de diferentes Dj's», descubre Fran Hidalgo. Un ambiente creativo y divertido que encaja con la imagen fresca que proyecta la empresa, responsable de caldos como 'Haru', 'Enemigo mío' o 'Machoman'.
También a los pies de la sierra de El Carche, Casa de la Ermita ofrece una experiencia completa en la que, además de conocer las instalaciones donde se gestan las diferentes variedades de sus vinos y disfrutar del arroz al sarmiento y los productos de la huerta en su restaurante, la empresa cuenta también con un Museo del Vino en el que se realiza un repaso histórico y curioso sobre cómo ha evolucionado el proceso de elaboración de este caldo tan venerado y las diferentes maquinarias que han ayudado al agricultor. Además, se ofrecen rutas en bicicleta y quads por el entorno y la posibilidad de alargar la visita alojándose en la casa rural El Labrador de Jumilla, en un entorno ideal para desconectar rodeado de naturaleza.
Trato familiar
«Lo que le gusta al cliente de nuestra bodega es el trato familiar que damos. Somos una bodega muy pequeñita y eso se nota», confirman desde la Bodega Evine, de la DOP Yecla. «Nuestros vinos son ecológicos y veganos, y durante la visita nos encargamos de aclarar algunas de las dudas más comunes que surgen al hablar de estos términos», indican desde esta bodega histórica, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX y que trabaja principalmente las elaboraciones de la uva Monastrell, con una edición limitada de vinos, siempre dando prioridad a la calidad.
«Estamos abiertos a cualquier petición y nos adaptamos a lo que nos demanda la gente, que viene en busca de experiencias cercanas y auténticas», añaden desde Bodega Evine, que lleva desde 2013 ofreciendo catas y visitas, acompañadas de un aperitivo específico y, en muchas ocasiones, se ofrecen también unas gachas migas típicas de la tierra. «Recibimos a muchos grupos de ciclistas porque el entorno es espectacular para realizar diferentes rutas», dicen desde la bodega para animar a combinar deporte y gastronomía.
El ciclo de las lunas
Perteneciente a la DOP Bullas, la Bodega Monastrell, situada en el Valle del Aceniche, es una gran defensora de los procesos ecológicos y ese mensaje es el que trata de inculcar a cada uno de sus visitantes. Alfonso García, propietaro de la bodega, invita durante la visita a conocer el proceso de elaboración de algunos de sus vinos, como 'Salto del Usero' e 'Hirundo Daurica'. «Explicamos nuestra filosofía de trabajo en bodega y campo, que va más allá de la simple etiqueta de lo ecológico, ya que estamos en conexión con la naturaleza y nos interesamos por la biodinámica, por ejemplo, teniendo en cuenta el ciclo de las lunas». La bodega está viendo cómo actualmente el boca a boca está haciendo crecer el interés por su producto: «Antes recibíamos a gente principalmente del pueblo y cada vez se acercan más curiosos de otros puntos de la Región».
Los precios por persona para disfrutar de una visita a la bodega y degustación de diferentes vinos son variables. No obstante, a partir de 6 euros se puede disfrutar de una experiencia completa.
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