Al ritmo del folclore y la tradición

Obnubilados por el Bando de la Huerta, los murcianos corren el riesgo de pasar por alto la riqueza de otras fiestas populares existentes en la Región. Los encuentros de cuadrillas, troveros o auroros son también tradiciones valiosas de esta tierra, eventos que perviven en el presente, y que sería una desgracia perder en un futuro. Con el deseo de que no suceda así, Joaquín Zamora y Tomás García presentaron este jueves 'Tiempo de fiesta', una muestra centrada en estos grupos costumbristas y todo lo relacionado con la Pascua a través de romerías y acontecimientos populares. La exposición, compuesta por más de 40 fotografías, forma parte del ciclo 'Las raíces de la fiesta', un sustituto forzado de lo que debería haber sido el segundo encuentro de cuadrillas de Santiago y Zaraíche (Murcia).

Junto con el resto de eventos programados, que incluyen una charla exhibición de Pascual Ayala sobre los instrumentos tradicionales de cuerda o la actuación de la Agrupación Femenina del Trovo, entre otros, la exposición viene a demostrar que el folclore murciano continúa vivo. «Ahí está nuestro pasado y tenemos que respetarlo y admirarlo», opina el fotógrafo Joaquín Zamora.

Para encontrar las primeras imágenes que su cámara disparó en medio del jolgorio de este tipo de fiestas hay que remontarse a principios de siglo. «En el año 2000, Tomás me empujó a acompañarle a los auroros, los troveros y las cuadrillas, y la verdad es que para mí fue un descubrimiento. Tenemos la idea de que la música tradicional es muy suave y muy tranquila, pero yo siempre digo que una cuadrilla en todo lo suyo hace 'rock and roll'», cuenta Joaquín Zamora.

Durante cinco años, aproximadamente, los dos fotógrafos murcianos inmortalizaron todo lo que sucedía en citas como el encuentro de cuadrillas de Fuente Librilla o las pelotas de Patiño. A parte de los bailes, la música, la comida y la bebida, allí se podía observar, a menudo, un choque generacional. Como demuestra la foto de los dos niños en Mula, este tipo de festividades servía de enlace entre mayores y pequeños. «Es muy bonito porque, generalmente, los abuelos llevan a los nietos a los encuentros de cuadrillas y se produce un salto generacional», indica Zamora.

No es fácil elegir un puñado de imágenes de un repertorio tan variado, por eso, en las seleccionadas para la muestra se ha querido primar la esencia del instante: «Lo hemos hecho en blanco y negro para quitar protagonismo al color y dárselo al momento en sí», apunta Zamora, que invita a todo el mundo a redescrubrir sus raíces: «En este año terrible creo que tenemos que recuperar nuestros orígenes y tradiciones y, sobre todo, respetar lo que los mayores llevan tanto tiempo conservando».