La poesía de Miguel esculpida en barro
Un exposición de arcilla compuesta por catorce esculturas reinterpreta los poemas más representativos del autor oriolano
Antonio Trives
Domingo, 25 de mayo 2025, 07:54
Los poemas de Miguel Hernández han sido recitados, musicalizados, interpretados y cantados. Y ahora también 'escultorizados'. Uno de sus versos da nombre a una exposición de esculturas que acoge el Centro de Recepción de Visitantes de la Casa Museo Miguel Hernández en Orihuela hasta el próximo jueves. Y, además de dar nombre, delata el material con el que se han esculpido las catorce figuras que componen la exposición. «Me llamo barro aunque Miguel me llame», escribió el poeta para arrancar uno de sus poemas. De forma explícita ya se ha delatado el material de estas esculturas.
El autor es Ramón Campos, nacido en Linares, aunque desarrolló toda su vida laboral en Francia, en el mundo de la arquitectura. Al jubilarse decidió instalarse en la localidad de Torrevieja, lugar donde comenzó a aprender con lo que soñó que fuera su profesión: la de pintor y escultor. Conoció al experto en el poeta, Jesucristo Riquelme, quien le incentivó y motivó a que hiciera en escultura su interpretación de poemas de Miguel Hernández.
Reconoce el escultor que su poesía no la conocía con profundidad y que no fue hasta ese momento cuando, al adentrarse en ella, quedó totalmente impresionado. «Es una poesía que hay que leerla en voz alta, hay que sentirla, desgarra, como lo que yo he querido hacer», explica Campos.
Leer en voz alta
Para su elaboración añade que primero leía el poema en voz alta y aquello que le había llegado y conmovido lo diseñaba en un croquis con carboncillo. «Y si me impactaba, es cuando lo reflejaba en la arcilla», argumenta. El jienense ha buscado el impacto de los relieves y las sombras. Rehúye de los colores como elementos compositivos de sus obras para decorarlas, y se decanta por la arcilla blanca porque considera que la mejor forma de representarlo es a través de los relieves y las sombras. «Me gusta el blanco porque es el que más habla».
Con esa blancura ha levantado con arcilla poemas como 'Nanas de la cebolla'. Asegura que ha sido una de las que más le ha costado por la dificultad de transmitir esas necesidades que Miguel Hernández quiso mostrar a través de una cebolla. De ella, en la escultura emerge una figura que representa a la mujer del poeta, Josefina Manresa, y que a través de dos alas se trata de simbolizar la libertad.
Otros de los poemas que ha convertido en escultura han sido 'Vientos del pueblo', 'El niño yuntero', 'Aceituneros' e 'Hijo de la luz'. Las figuras se presentan sobre troncos de palmera, en un montaje al aire libre que acentúa el carácter orgánico y poético de la propuesta, al invitar al visitante a fijar su propia interpretación.
La muestra, organizada por la Concejalía de Cultura de Orihuela en colaboración con la Uned Elche-Torrevieja, concluirá con una charla a cargo del profesor y escritor Jesucristo Riquelme, seguida de una visita guiada conducida por el propio escultor.