Orihuela recibe el cariño y la bendición de 'El Abuelo'

Devoción sin contención ni parangón. Orihuela se volcó como cada Miércoles Santo al alba para acompañar al patrón de la ciudad en ese vía crucis que separa el Convento de Santa Ana, en pleno barrio de San Francisco, hasta el santuario de la patrona, la Virgen de Monserrate, ya en el Rabaloche.

A cada metro, una multitud entregada y enfervorecida se apelotonaba en las aceras al paso de 'El Abuelo', como cariñosamente se le conoce. Todo ellos cautivados por el rostro de sufrimiento, pero también de compasión y cariño que año tras año corrobora a la imagen del maestro José Sánchez Lozano como la que despierta más pasiones y que la ratifica como señor y benefactor de la Vega Baja.

La procesión huertana por excelencia así enfiló los jardines de los franciscanos para atravesar el barrio de Capuchinos, en compañía de la imagen de la esculturas de San Juan Evangelista y ese magnífico Cristo de la Agonía que solo podía haber pasado por la prodigiosa gubia del imaginero entre los imagineros, Francisco Salzillo.

A la llegada a un santuario ya casi hasta los topes de tronos, imágenes e insignias de todas las cofradías, el patrón de Orihuela hacía su entrada triunfal en el santuario al son de los acordes de la Marcha Real. A hombros y con cientos de personas sin poder resistirse a acercarse lo máximo posible a la venerada figura.

Con los portones cerrados, la fiesta se hizo intramuros y los cofrades y mayordomos de la ilustre cofradía pudieron quedar satisfechos de un trabajo bien hecho. El Viernes Santo, en la procesión general, los oriolanos podrán volver a sentir cerca a Nuestro Padre Jesús y, al término del cortejo, darle la despedida frente al Ayuntamiento hasta la Semana Santa que viene.

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