Orihuela inicia de urgencia la limpieza de escombreras ilegales en la costa
Los trabajos han empezado en Campoamor a la espera de que se adjudique un gran contrato de retirada de vertidos
Los camiones han llegado antes de tiempo. El equipo de gobierno ha dado un paso adelante y ha empezado antes de lo previsto con la limpieza de las decenas de escombreras ilegales que pueblan las calles de Orihuela Costa. La Concejalía de Medio Ambiente ha empezado los trabajos por Campoamor. En este punto, junto a la rambla del río Nacimiento, se han ido acumulando auténticos vertederos ilegales de forma incontrolada. Una actuación que ha celebrado y de la que se ha hecho eco también en sus redes sociales la Concejalía de Costa, en manos de Vox.
La procedimiento se ha podido iniciar de urgencia después de que la Policía Local alertara de que ciertos depósitos podían suponer un riesgo para los viandantes. Mientras este gasto se ejecuta, el gran contrato para la limpieza de vertederos ilegales en el litoral y en otros puntos del término municipal continúa su curso. Ya ha finalizado el periodo de presentación de ofertas y ahora se abre el momento de que la Mesa de Contratación entre a valorar los sobres presentados por las empresas.
Según anunció a principios de este mes la concejal de Medio Ambiente, Noelia Grao (PP), el contrato, que llega justo después de finalice la temporada alta, tiene una duración de un año sin posibilidad de prórroga. El presupuesto base de licitación es de 59.440,50 euros (sin IVA), lo que suma un total de 71.923,01 euros con impuestos incluidos.
La limpieza es una de las intervenciones urgentes que reivindicaban con más ahínco los vecinos del litoral. La desesperación era tal que había comunidades de vecinos, por cuenta de su bolsillo, habían comenzado a limpiar las escombreras que se encontraban más cerca de sus domicilios. Así sucedió, sin ir más lejos, en la urbanización La Florida, en el marco de una iniciativa de la que se hizo eco el excoordinador de los pedáneos de la costa, Antonio Cerdán.
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Por otra parte, el contrato impulsado por el Ayuntamiento levantó ampollas en algunos vecinos. La Asociación de Vecinos de Cabo Roig y Lomas criticó que solo cubría una treintena de los cerca de 40 puntos de vertido incontrolado que ellos mismos catalogaron en un mapa que trasladaron a la Policía Local. Inciden en que la vigilancia por parte de los agentes es vital para poder aplicar el régimen sancionador previsto en la vigente Ordenanza de Convivencia Ciudadana recientemente aprobada en pleno.
No obstante, estar al tanto de cuanto ocurre en las decenas de puntos de vertido es harto complicado. La Policía Local no dispone de agentes suficientes en el litoral y, en multitud de ocasiones, ha rogado la colaboración ciudadana para poder pillar 'in fraganti' a los infractores, entre los que se encuentran particulares, pero también empresas que, con esta práctica, buscan eludir el coste del traslado de estos residuos de obra a vertederos autorizados. El tiempo que se tarda en limpiar estos depósitos, por otra parte, ayudan a que cojan cada vez más volumen provocando problemas de salubridad en forma de plagas de roedores e insectos. Sobre todo cuando a los propios restos de obra se suman desechos domésticos.
Contra el abandono de este tipo de residuos, el Ayuntamiento puso en marcha una brigada específica de la Policía Local, la llamada Unidad de Medio Ambiente y Administrativa (UMAD) La nueva unidad, según se anunció en junio, está formada de manera permanente por ocho agentes, en turno de mañana y tarde, que están dirigidos por un inspector y cuentan con un teléfono directo. En la Asociación de Vecinos de Cabo Roig y Lomas han puesto en duda que continúe dicha unidad operativa y han pedido, en una pregunta presentada al pleno de este jueves, explicaciones a la edil de Seguridad Ciudadana, Mónica Pastor (PP).
En anteriores ocasiones, ya se ha propuesto la videovigilancia en las calles contra el abandono de podas, enseres y escombro. Algo que no es tan sencillo, pues requiere del permiso expreso de la Delegación del Gobierno, que habitualmente autoriza si es para vigilancia del tráfico. Por otra parte, en el contrato en concurso no se contempla implementar medidas disuasorias para evitar que las escombreras se reproduzcan una vez limpiadas. En otras ciudades, no solo se opta con avisar con cartelería del peligro de sanciones, sino también se ponen pivotes, vallas, zanjas o piedras de gran volumen para impedir que las furgonetas y coches cargados de escombro vuelvan a acceder al mismo punto para abandonar sus residuos.