El colegio Jesús-María de Orihuela rescata su pasado
Un grupo de alumnos reúne en la biblioteca María Moliner fotografía y documentos históricos sobre los orígenes del centro educativo
136 años de historia condensados en una exposición. El Colegio Jesús-María de San Agustín rinde un homenaje a sus orígenes con un compendio fotográfico. Lleno de comparativas del antes y el después, no pocos antiguos alumnos quedarán sorprendidos al descubrir cómo eran en origen las aulas entre las que convivieron en su infancia en aquella época en que el acceso estaba vedado al alumnado masculino y había más religiosas que laicas entre el claustro de profesores.
Promovida por los alumnos de 4º de ESO, la muestra, ubicada en la biblioteca María Moliner, recoge instantáneas de principios del siglo XX cedidas por Javier Sánchez Portas, así como diferentes documentos del Archivo Histórico que narran los orígenes del centro educativo, primero en el extinto Palacio del Marqués de Lacy y después en su edificio actual, antes convento de agustinos y primitiva plaza de toros.
«Los alumnos han hecho varías actividades», explica la profesora de Historia Marieli Zerón, encargada de guiar a los alumnos en este proyecto. Así, entre otras, se han documentado charlando con profesoras jubiladas (María Dolores Soto, María Teresa Barber y Raquel Gutiérrez), han investigado los orígenes del colegio en la web divulgativa 'Oriola vista desde el puente de Rusia' o han acudido a una charla sobre el arrabal de San Agustín impartida por el director de la Cátedra Fernando de Loazes, Gregorio Canales.
Un calendario que, a su vez, han completado con talleres de planos antiguos, fotografía e incluso edición y maquetación de imágenes a través de la asignatura de Informática, que imparte la directora del centro, Isabel Molina.
Con este tipo de iniciativas, Jesús-María aspira así a dar a conocer entre sus alumnos la historia y cultura de la ciudad, muchas veces desconocida. «Estoy empeñada en hacer que la escuela sea un ámbito de valoración y conservación del patrimonio. No podemos esperar que cuidarlo y restaurarlo sea algo excepcional, sino lo normal», reivindica Zerón, que pone como ejemplo de buena praxis patrimonial al propio colegio. «Creo que el Jesús-María es un edificio histórico de Orihuela que ha sabido conjugar el pasado con las necesidades arquitectónicas de un centro educativo del presente».