Aumentan las restricciones de los recursos hídricos en la Vega Baja por la sequía extraordinaria

La agricultura de la Vega Baja agoniza. La sequía extrema en la que nos encontramos desde hace meses y, ante la situación que se espera mantener en próximas fechas, ha motivado que la Confederación Hidrográfica del Segura haya decidido aumentar las restricciones de los recursos hídricos esta semana. Un recorte de un 35% al regadío tradicional y unas limitaciones de hasta el 49% para el riego no tradicional. Porcentajes que repercuten a miles de hectáreas en la comarca.

Un efecto que no ayuda a mirar con optimismo las plantaciones que tocan en esta época del año y el mantenimiento de los cultivos. Para Asaja-Alicante «no es solo el 35%, es el 49% en los regadíos no tradicionales, en los campos. Una situación muy difícil que genera gran incertidumbre, no ya solo en lo que queda de verano, sino para el inicio de la campaña de otoño-invierno, porque los agricultores no saben si podrán plantar las hortalizas de invierno o si podrán sacar la cosecha de cítricos», señala José Vicente Andreu, presidente de Asaja-Alicante.

Un contratiempo más que se suma a la falta de lluvia que necesita el campo y la huerta de la Vega Baja, siendo en agosto cuando se están plantado las primeras alcachofas y se prepara el terreno para el resto de hortalizas.

Esta reducción de recursos para el riego deriva de la desviación respecto a la curva objetivo, que se aprobó en la Comisión de desembalse del pasado 21 de junio, trasladaba el organismo de cuenca. En ella, también se fijaron los sucesivos recortes a aplicar, según lo contemplado en el Plan Hidrológico de la cuenca del Segura. El presidente de la asociación agraria alicantina asegura que, «desde hace meses, veníamos diciendo que había que tomar medidas como la apertura inmediata de los pozos de sequía del Sinclinal de Calasparra. Si se hubiesen puesto a principio de año, la situación, aún siendo mala, sería mejor que el panorama que se nos presenta. No queremos ayudas, queremos trabajar, vivir de nuestro trabajo y ser útiles a la sociedad. Pero necesitamos una administración más activa y permeable a nuestras peticiones», subraya Andreu.

Este nuevo acuerdo adoptado se revisará dentro de tres meses, en función de la situación hidrológica de la cuenca. Una situación a valorar teniendo en cuenta las lluvias tan esperadas, porque hasta la fecha son insuficientes para los agricultores. En cuanto al embalse de La Pedrera, el presidente de Asaja-Alicante lamenta el nivel de reservas que tiene, «más bajo que nunca». Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica de la primera semana de agosto, los embalses del Segura estaban a un 22,4 % de su capacidad total, el porcentaje más bajo de todas las cuencas de España.

Ante esto, al ser preguntado por el papel que juega la desaladora de Torrevieja, apostilla que es «prácticamente insignificante. Nosotros nos cargamos con el coste ambiental y los problemas que genera, pero el agua, casi en el 90% de su volumen, se va a Murcia y Almería».

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