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100 años del pionero del ciclismo español, el oriolano Bernardo Ruiz
El municipio rinde homenaje con una exposición a al primer maillot nacional en alcanzar el podio del Tour de Francia y en ganar una etapa del Giro
Bernardo Ruiz tuvo ayer su cumpleaños más especial. No solo estuvo rodeado de los suyos, sino de toda su ciudad. La leyenda del ciclismo español ... sopló literalmente las velas entre los aplausos de cuantos se acercaron para arropar al 'Pipa' en la inauguración de la exposición que el pintor valenciano Miguel Soro ha dedicado al mayor deportista oriolano de todos los tiempos.
En total, 24 acrílicos y collages que hacen un repaso por la trayectoria en blanco y negro de Ruiz y que permanecen expuestos desde ayer en La Lonja. Un compendio visual que retrotrae a aquellos años en los que se forjó la leyenda de un humilde estraperlista que empezó a correr las tres grandes rondas para ganarse el pan de cada día.
El autor de los lienzos, ciclista de vocación y pintor de profesión, calificó a Ruiz de «referente» para todos los amantes del ciclismo clásico. El artista de Xàtiva explicó que la muestra la ha estructurado en 12 pinturas del propio Bernardo Ruiz y el resto en retratos de ciclistas que fueron coetáneos a la brillante trayectoria del oriolano. «Rivales y compañeros de viaje» como Coppi, Bartali, Diego Cháfer o Ercoli Baldini, entre otros.
En nombre de la familia, quien tomó la palabra fue Bernardo Ruiz hijo. Pegado en todo momento a su padre, el vástago del mito comentó que su progenitor dice sentirse todavía «como si tuviera seis años», señaló para felicitarse de que, a sus 100 años, esté todavía fuerte. «Día a día nos demuestra que se acuerda de todo y de todos».
El Ayuntamiento comprará tres de los cuadros dela muestra para su exposición permanente en dependencias municipales
Bernardo hijo destacó que su padre, allá donde ha girado, ya fuera Países Bajos, Marruecos o Argentina, «siempre ha dicho que era de Orihuela, llevando el nombre de su ciudad en el corazón por todo el mundo». Viajes que, recalcó, no hicieron que sus hijos no lo sintieran presente. Muy al contrario, «siempre estuvo preocupado por nosotros».
Lamentó que en la familia nadie haya seguido la estela del patriarca en esto de las dos ruedas, «pero sí la afición por la bicicleta y el respeto por sus valores. Desde pequeños siempre nos ha enseñado el valor de la constancia, la necesidad del esfuerzo y el respeto por aquel que lo da todo». Unas palabras y aplausos que hicieron emocionarse al 'Pipa' cuando le tocó agarrar el micrófono. «Qué quieres que diga, si todos los que hay aquí me conocen y son amigos. Me hacen llorar ¡Un recuerdo para todos!», acertó a decir con una sonrisa.
El alcalde, Pepe Vegara, siempre muy dado a tirar de anecdotario, recordó en su discurso dos momentos de la trayectoria de Ruiz. Una de ellas otra vez de actualidad. Y es que el propio Ruiz desveló que, tras la mítica foto de Bartali y Coppi intercambiándose en una botella de agua en plena subida al Télégraphe, se escondían el brazo izquierdo y la pierna derecha del ciclista oriolano.
La compra del pescado
La otra anécdota era cosecha de la familia Vegara. Según narró el regidor, su tío contaba que Ruiz gustaba de ir a comprar pescado a Torrevieja en su bicicleta, pero que, como él iba más rápido que sus amigos, les abandonaba en Bigastro y, cargado ya con la compra, se reencontraba otra vez con ellos cuando sus compañeros apenas acababan de alcanzar San Miguel de Salinas. Tal era la velocidad del 'Pipa'.
Todo ello, su vida deportiva y familiar, según expresó el primer edil, hacen merecedor a Ruiz de todas las distinciones, empezando por aquel 1951 en el que se le concedió la medalla de plata de la ciudad. Momento que aprovechó para anunciar que el Ayuntamiento adquirirá tres de los cuadros de la muestra para su depósito exposición permanente en dependencias municipales.
«Bernardo, te seguimos admirando, respetando y teniéndote como ejemplo del deportista que unió al talento el trabajo incansable. Hoy Orihuela se funde contigo en un abrazo colectivo y nos invita a ofrecer un reconocimiento íntimo y profundo al hombre que, con su bicicleta, llevó el nombre de Orihuela por todo el mundo. Que cumplas muchos más», dedicó Vegara a la leyenda.
El hijo del estraperlo que escapó de la miseria gracias a las dos ruedas
Como su paisano Miguel Hernández, Bernardo Ruiz tomó el tren rumbo al éxito. El poeta dejó su pueblo camino de Madrid y el eterno ciclista lo hizo en 1945 rumbo a Barcelona. Iba a competir en la Volta a Catalunya. Ganó y, cuando regresó a la pensión donde se hospedaba, no pudo quitar la vista de los billetes. 17.000 pesetas que desplegó sobre la cama. Era el símbolo del adiós a la miseria. Hijo de padre represaliado por su afiliación a la UGT, su familia dejó desde ese momento de sufrir penurias.
Así fue como empezó una carrera que Ruiz comenzó con el único afán de sacar unos dineros en plena posguerra. Una carrera labrada gracias al talento. Su relación con la bici comenzó cuando se dedicaba al estraperlo. Supo que era lo suyo cuando tuvo que hacer 40 kilómetros pedaleando de Cieza a Orihuela para pedir socorro después de que su hermano tuviera un accidente. Y de ahí se puede decir que, sin quererlo ni beberlo, acabó codeándose con los dos grandes ciclistas del momento: los italianos Fausto Coppi y Giano Bartali. Aunque para Ruiz el mejor siempre fue el primero.
Fue campeón de la Vuelta a España en 1948 y, al año siguiente, debutó en el Tour, cuando todavía no existían los equipos y se competía por selecciones. Aquel primer contacto con la ronda gala fue un desastre y los españoles acabaron retirándose. Tres años después, en 1952, hacía historia siendo el primer español en poner pie en el podio parisino. Y todo por que no le faltara dinero a su familia. Hasta tuvo que retrasar su boda para competir.
En el 58, Ruiz colgó el maillot y hoy, tantos años después, sigue siendo un aficionado seguidor a través del televisor y, lo que suele sorprender, sigue siendo fumador a sus 100 años. En todo este tiempo, su ciudad, en la que sigue residiendo, le ha brindado numerosos honores, entre ellos el de dedicarle un pabellón y el popular parque de la Ocarasa.
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