Vivir a oscuras
Tendremos menor poder adquisitivo y habrá que tirar de ahorros, acudir al crédito al consumo y apretarnos bien el cinturón
La consigna es clara: ante el encarecimiento de la electricidad, producida por los mercados capitalistas y los pasados gobiernos de la derecha reaccionaria, la solución ... es vivir a oscuras y asfixiados de calor. El Gobierno no tiene la culpa y tiene la intención de intervenir en el mercado para evitar el encarecimiento eléctrico: van a bajar el IVA de las velas y de los abanicos. Tenemos que acostumbrarnos, por lo visto, a no depender del interruptor y a pensar si necesitamos verdaderamente la luz antes de aventurarnos en el proceloso bosque de una factura, que no hay quien entienda, llena de llanos, puntas y valles. Menos mal que en verano los días son largos y en la calle se está de lujo. Yo creo que con esto nos plantamos en el invierno, nos ponemos el abrigo de estar por casa y el gorro de lana y tan contentos, ni frío ni calor. Al fin y al cabo, son circunstancias meramente temporales y todo se olvida. ¿Y qué hacemos con el coche eléctrico recién comprado? ¿Será la transición energética nuestra ruina, me refiero a la de la clase media? ¿Y qué hacemos con los pobres? Nada. Desde que gobierna la izquierda social comunista ya no hay y si queda alguno es de derechas, un traidor a su clase y un caprichoso.
Y no se crean que esto se queda en la factura eléctrica personal de cada uno, ¡qué va!, los costes de la energía repercutirán en el consumo, elevando los precios y la inflación, porque la industria productora de bienes y servicios aplicará el aumento de costes y lo repercutirá en el consumidor. Tendremos menor poder adquisitivo y, como siempre que hay una crisis energética y esta no es la primera ni será la última, habrá que tirar de ahorros, acudir al crédito al consumo y apretarnos bien el cinturón. Estamos acostumbrados y sabremos solventar la que se avecina, pero estamos apartando del camino del progreso y del bienestar a demasiados conciudadanos.
La solución de parte de este Gobierno es crear una empresa pública de energía que defienda los derechos de los consumidores, aunque el precio no varíe, que implemente una nueva factura más baja y garantice que nadie sufra pobreza energética. ¡Ahí queda eso! Dónde van a comprar la energía y a quién es un misterio, supongo que la expropiación del oligopolio sería el siguiente paso, para terminar con apagones continuos, pero no importa porque lo importante es que el pueblo sea feliz en su oscuridad. Además, serviría para colocar a los 'coleguis' de la 'uni', de la 'facu', del 'insti', del curro y de las 'manifas', que también tienen derecho a disfrutar de la luz de un buen sueldo. El poder siempre es el mejor refugio económico.
Desde que gobierna la izquierda social comunista ya no hay pobres y si queda alguno es de derechas, un traidor a su clase y un caprichoso
No ha tenido suerte este gobierno social comunista: pandemia, crisis energética, crisis económica, crisis de vivienda, pobreza, crisis diplomática, invasión territorial, expulsión de menores de Ceuta y, para colmo, Afganistán.
De todos los problemas planteados no han sabido resolver ninguno, se han limitado a dejarlo correr y que el tiempo lo resuelva. Me recuerdan al Gobierno de Rajoy. Por eso, el Gobierno, ante la imposibilidad de arreglar el presente y el futuro. lo que intenta es arreglar el pasado: ganar la guerra civil, acabar con Franco y sus adeptos, con la Falange, con los fascistas, con el yugo y las flechas (con la Iglesia de momento no se han atrevido) y dejar la historia niquelada. Ni Alemania pone tanto esfuerzo y recursos en borrar a Hitler de su catastrófico pasado. Como decía Fidel: «Hasta la victoria siempre». Lástima que todos somos esclavos de nuestra memoria y herederos de nuestra historia y aunque muchas veces nos gustaría que determinados hechos o actuaciones desaparecieran, es labor inútil.
Y si no resolvemos los problemas pues los creamos: géneros, masculinidad, minorías, territorios, idioma, educación, y todo aquello que no suponga un gran esfuerzo, pero sirva a la propaganda. Lo que Francisco Umbral llamaba la épica de la mediocridad general de las clases medias, los funcionarios y los abogadillos, con protagonismo individual para cada uno, siempre dentro de la explicada «estética de las multitudes». Solo nos falta crear un cóctel representativo de nuestra modernidad y yo propongo: 'Genero Libre', hecho a base de zumo de maracuyá, unas gotas de ambrosia y brandy meseteño o Licor 43, que es de la tierra, o ponche de huevo, y esta discusión nos permitiría olvidar los problemas y los repartos de los fondos europeos y llegar a las elecciones sin contradicciones y sin daño aparente.
Y recuerden: el interruptor de la luz no se toca hasta nuevo aviso. Del futuro ya hablaremos cuando esté más cerca.
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