¿Cómo promover la salud mental de nuestros jóvenes?
La Organización Mundial de la Salud alertó en 2009 de la necesidad de cambiar el paradigma biomédico imperante en salud mental y virar hacia un ... modelo auténticamente biopsicosocial, que considera la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales en la salud y el bienestar de una persona. Aquí les dejo mis respuestas a algunas preguntas. Por cierto, la salud mental no puede seguir siendo la hermana pobre de la sanidad pública. ¿Hay alguien ahí? ¿Oiga?
–Estamos súperintercomunicados. Sin embargo, crecen los casos de ansiedad y depresión, y muchos no se detectan. ¿Una contradicción?
No, no es una contradicción, más bien la ansiedad y depresión son una consecuencia de la interconexión permanente que tenemos. La intercomunicación absoluta, el vivir en un eterno presente en el que todo es actual, el pasado no existe y el futuro es peor que el presente, hace que nuestros jóvenes sientan –como en el mito de Sísifo– que no pueden escapar del círculo vicioso de tener que estar siempre conectados y respondiendo a las demandas de los demás. Los adolescentes llaman a esta situación con un acrónimo que ha hecho fortuna: FOMO. Acrónimo para la expresión original en inglés 'Fear of missing out', cuya traducción al castellano es 'miedo a perderse algo'. Esta necesidad autoimpuesta de tener siempre que estar respondiendo para no quedarse al margen del grupo de referencia (los amigos) hace que muchos adolescentes sientan que no controlan sus vidas, y de ahí la ansiedad y la depresión.
–Autolesiones y pensamientos suicidas: ¿por qué y qué hacer?
Las autolesiones son un grito silencioso. Son el grito de quien desea ser reconocido por los demás, y no lo consigue. Cuando uno se autolesiona adquiere un protagonismo ante los demás, los demás le reconocen y así quien se autolesiona siente que los demás le perciben. Lo que nos deberíamos preguntar es cómo hemos llegado a tan alto grado de incomunicación e indiferencia con los demás, para que para muchas personas – y no sólo adolescentes– autolesionarse sea un modo de comunicarse y hacerse valer. En cuanto a los pensamientos suicidas, me pregunto si no expresan estos pensamientos una perversión respecto al valor de la vida humana: si la vida humana no tiene valor o yo no se lo encuentro, entonces puedo imaginarme acabar con ella.
–El acoso escolar tiene un impacto significativo en la salud mental de los niños y adolescentes. ¿Cómo pueden las instituciones educativas y las familias colaborar en prevenir y abordar este problema?
El acoso escolar siempre ha existido; otra cosa es que le pusiéramos nombre, o consideráramos que era importante y merecedor de actuación para eliminarlo y prevenirlo (cosa que también pasó hasta no hace mucho con la violencia contra las mujeres). El problema ahora es que el acoso no sólo se produce en el colegio, sino también se desarrolla fuera del mismo gracias a la omnipresencia de las redes. No deberíamos olvidar que el acoso es violencia, y la violencia es un síntoma de todas nuestras relaciones sociales y económicas: podríamos intentar ver las relaciones entre acoso escolar y explotación laboral con los más vulnerables; ambas me temo expresan algo característico de nuestro tiempo: la aceptación de la violencia como modo asumido de relacionarnos con los demás. En cuanto a la prevención del acoso y ciberacoso, la escucha activa e incondicional de los padres con sus hijos, el crear espacios familiares donde compartir el día a día (por ejemplo, comiendo o cenando con los hijos) ayuda a que éstos sientan que no están solos y tienen el apoyo de sus padres. Eliminar el ciberacoso sólo se lograría volviendo a un mundo sin redes sociales tecnológicas, lo cual a estas alturas es imposible, pero sí es posible educar en un uso limitado y restringido de las redes.
¿Y qué opina el Papa León XIV de todo esto?
En las formas, León XIV representa el cambio tranquilo, ordenado y respetuoso con la tradición litúrgica, pero lo que realmente importa es el fondo. León XIV recoge el legado aperturista de Francisco y ha apostado desde el primer momento por la recuperación y puesta en valor de la Doctrina Social de la Iglesia que, en su día, promovió el sindicalismo y la Responsabilidad Social. La encíclica 'Rerum Novarum' defendía el derecho de los trabajadores a organizarse para defender sus intereses y mejorar sus condiciones de vida, así como la corresponsabilidad en la contribución al bien común en aplicación del principio de subsidiariedad, algo así como que para educar a un niño hace falta la tribu entera.
La salud mental se puede tratar y prevenir, pero sobre todo se puede promover: debemos ofrecer recursos concretos para que nuestros hijos puedan ser autónomos e independientes, y puedan crear su propia vida. Una juventud sin expectativas de salarios dignos, vivienda accesible y posibilidades de conciliación de tiempo de trabajo, ocio, estudio... desde luego estará enferma. Porque la hemos enfermado nosotros, los adultos.
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