A vacunarme en tranvía
Dinero e ideas es lo que pedimos a nuestros dirigentes y menos declaraciones de amor infiel hacia la Atención Primaria
Durante el año 2020 y lo que llevamos de 2021, nuestra vida ha cambiado de forma radical: nuestras relaciones, nuestros amigos, nuestros viajes, nuestras cervecitas ... y mil cosas que me vienen a la cabeza y que hemos tenido que aparcar en espera de mejores tiempos.
Hemos sufrido una, dos y tres olas... que nos han llevado a los famosos confinamientos perimetrales y han generado muerte, restricción de movimientos y una brutal crisis económica a la que acompaña el agotamiento (y a veces decaimiento) del personal sanitario y del resto de la sociedad.
Frente a este desánimo, un objetivo común: vacunarnos como imperativo moral y ético que nos conducirá a que la enfermedad sea menos mortífera y su contagiosidad mucho más reducida. Pero para eso necesitamos vacunarnos y que el de enfrente se vacune, incluso, fuera de nuestras fronteras.
Los riesgos vacunales, como ya se ha podido demostrar, han sido mínimos
Las vacunaciones supondrán que la divergencia enfermedad-economía haga caer la balanza a la salud y mejora del bienestar de los ciudadanos.
Los riesgos vacunales, como ya se ha podido demostrar, han sido mínimos: febrícula y malestar general, sofocados con el famoso paracetamol, y en breve tendremos información de la respuesta de nuestro sistema inmunitario. Si ponemos encima de la mesa la relación entre el beneficio de la vacuna y sus posibles efectos adversos, toda la sociedad científica coincide en que son riesgos perfectamente asumibles, como puede ser incluso vivir.
Quiero reconocer el máximo esfuerzo que los hospitales de la Región han ofrecido a los murcianos y, si me permiten, La Arrixaca como hospital de tercer nivel, que ha sido frecuentado por los ciudadanos del Área I y en casos muy graves por los de otras áreas sanitarias. Vaya desde aquí mi más solidario reconocimiento.
Pero también, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, quiero poner encima de la mesa una vieja reivindicación de muchos murcianos: el tranvía debe llegar a La Arrixaca, y finalizar así la modernización del transporte urbano en el marco de la apertura de nuestra nueva estación del Carmen que, según se nos dijo, sería eje internodal (bajar del AVE o de un cercanías y poder, en tranvía, taxi, autobuses, etc., llegar a La Arrixaca, a los centros comerciales y a toda Murcia).
Este artículo va dirigido tanto a los ciudadanos de la Región (que deben vacunarse) como a las autoridades que velan por nuestra salud a la espera de que las dosis de vacunas sean suficientes para cubrir las expectativas creadas al pueblo soberano (vamos por el buen camino).
El personal sanitario con el que me relaciono está dispuesto en voluntad de trabajo, en horario y en cualquier otra circunstancia que pueda, a acelerar el proceso vacunal, manteniendo estándares de calidad, sin distingos entre personas y estamentos, aquí como en Fuenteovejuna. Solo el servicio público se entiende mejor en situaciones como esta, y no lo olvidéis, en la Región de Murcia hay un muy buen servicio sanitario.
Todo esto también nos ha servido para dimensionar las necesidades del sistema sanitario público: en mi caso, que trabajo en la Atención Primaria desde el año 1985, he visto, como comprenderán, cómo se ha desarrollado el modelo de centros de salud. Todos coincidimos en su bondad y eficiencia, y pocos ponen en duda la imperiosa necesidad de apoyar de una forma definitiva (dinero y gestión) esta parte de entender la atención sanitaria, dejándonos de pamplinas que pueden provocar desánimos y 'burnout' hasta la carbonización. Dinero e ideas es lo que pedimos a nuestros dirigentes y menos declaraciones de amor infiel hacia la Atención Primaria. Por último, aunque a veces me repita más que el ajo, la necesidad de que nuestros conocimientos tengan en la Universidad también su reconocimiento como asignatura de Medicina de Familia.
Murcianos, ánimo. Tendremos vacunas, un transporte a La Arrixaca y una Estación del Carmen modélica que será el orgullo de todos los ciudadanos de la Región y la envidia de los que vengan a visitarnos.
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