Mi universidad sin mí
Escatimar en recursos solo daría lugar a una generación de olvidados, ya golpeados en su día por la crisis de 2008
Es viernes y al Consejo de Estudiantes llega una de tantas quejas que se generan estos días. Una compañera, madre soltera en paro, tiene miedo de no poder terminar aprobando las asignaturas de este cuatrimestre. El jueves otro compañero, que acaba de perder el trabajo con el que se estaba pagando las segundas matrículas, tiene que seguir haciendo frente al alquiler del piso aunque ya no está en Murcia. Conexiones a internet débiles, ordenadores que faltan, un ambiente irrespirable, la insoportable sensación de que la excepcionalidad es la nueva rutina. La vida está cambiando para siempre y este sistema te obliga a pensar en los exámenes y las notas, como si todo no hubiera saltado por los aires ya.
Anna, la protagonista de 'Mi vida sin mí' (Isabel Coixet, 2003) limpia de noche la universidad y sueña de día con poder ir a ella. Quienes hayan visto la película completa podrán entender rápido por qué la elijo para ilustrar este artículo. Quien no lo haya hecho, tiene una oportunidad perfecta para reconciliarse con Coixet en las largas noches de la cuarentena. La universidad, si los responsables políticos no son capaces de adoptar decisiones con generosidad, corre el riesgo de perder a cientos de estudiantes expulsados por razones socioeconómicas de las aulas.
Estos días escuchamos al Gobierno prometer un escudo social y es urgente reivindicar que ese escudo social llegue a los estudiantes universitarios. La terrible crisis sanitaria que vive nuestro país se está trasladando a una crisis socioeconómica que va a acrecentar las ya de por sí acentuadas desigualdades sociales. Como en toda crisis, los jóvenes son uno de los colectivos más desprotegidos y en riesgo de exclusión. Por eso es urgente que ese escudo social llegue al estudiantado universitario. A este respecto proponemos tres líneas de actuación: más becas y ayudas al estudio, más facilidades de pago de las matrículas y eliminación de la penalización por suspensos en asignaturas cursadas durante la crisis sanitaria.
No podemos volver a caer en el error de dejar a nadie atrás. No podemos permitir que tu universidad siga sin ti
Junto al resto de consejos de estudiantes venimos reclamando al Ministerio el aumento del presupuesto para becas, la eliminación de los criterios académicos en su adjudicación hasta dejarlos en el 5 de media (entendiendo que las becas son un mecanismo redistributivo y no un incentivo al rendimiento) y frenar las peticiones de devolución de becas por motivos sobrevenidos asociados a esta situación. También es importante que las universidades y las comunidades autónomas financien con un esfuerzo extraordinario los programas de ayudas al estudio propios para aquellos estudiantes que, a pesar de las reformas solicitadas, sigan sin poder ser beneficiarios de la beca estatal.
A la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia le pedimos un ejercicio de empatía y que paralice en la próxima orden de precios públicos la penalización por suspensos producidos en el marco de esta situación. En este sentido, solicitamos que, cuando no se supere una asignatura cursada durante la crisis sanitaria, al volver a matricularse el estudiante el año que viene no sufra una penalización. Es decir, si en el curso 2019/2020 pagó primera matrícula, que en el 2020/2021 pague primera matrícula. Si en el 2019/2020 pagó tercera matrícula, que en el 2020/2021 pague el mismo importe. En la reconstrucción de un Estado tras una devastadora guerra contra un enemigo invisible escatimar en recursos solo daría lugar a una generación de olvidados, ya golpeados en su día por la crisis de 2008 y que ahora se volverían a encontrar desprotegidos. Junto a estas medidas básicas, consideramos también necesario aumentar de cara al curso que viene los plazos posibles de fraccionamiento de matrícula, de los actuales siete hasta diez. Esto aliviará la carga económica a muchas familias que no pasan por su mejor momento.
Cuando el frente de batalla se desplace de las camas hospitalarias a la sociedad y a la economía, no podemos volver a caer en el error de dejar a nadie atrás. No podemos permitir que tu universidad siga sin ti.