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Tumbar bulos a golpe de diseño

Necesitamos más diseñadores en el ámbito de lo público que ayuden a organizar la información y generen estándares, plantillas y recursos

Jueves, 30 de abril 2020, 00:47

Hace algunos años tuvimos un problema legal bastante turbio en el estudio. Un cliente había falsificado nuestras facturas modificando los conceptos para maquillar una contabilidad en B. El caso es que nos vimos en la sede de la empresa con nuestras facturas en papel a un lado de la mesa y las falsificaciones al otro. ¿Cómo diferenciar entre copia y original? Muy sencillo, el tipo de letra no era el mismo. Nuestras facturas usan Founders Grotesk, una tipografía de la fundición neozelandesa Klim. Cuando montamos el estudio esta fue una de las primeras inversiones que hicimos. Compramos un par de sillas y una familia tipográfica para la marca del estudio que usamos hasta el día de hoy en todo lo que comunica nuestra marca, web, presupuestos, carteles de eventos y por supuesto facturas.

Así que si una tipografía puede ayudar a una empresa a diferenciar su voz en papel de la de un delincuente, también puede ayudarnos como sociedad a desmentir bulos que minan un gran pilar de nuestra sociedad democrática, el derecho a la información. Solo hay que invertir en diseño.

Pero... ¿Cómo lo estamos haciendo? Si accedes a la web de la Policía Nacional lo más normal es que pienses que está 'hackeada' por lo que difícilmente vas a encontrar diferencias con una copia. Las palabras 'POLICÍA NACIONAL' aparece con dos tipografías diferentes, incluso pixeladas en el margen izquierdo de la página. Se usa un azul estridente, la tipografía general es Verdana, una fuente que viene por defecto en cualquier sistema operativo, el logotipo del Gobierno de España está pixelado, hay imágenes a tamaños que impiden su visualización... podríamos seguir pero un sencillo resumen sería que esta web no está diseñada por un profesional del diseño, puede que por otro tipo de profesional como un informático o un administrativo o un policía, quién sabe..., pero no por un diseñador.

Si comparamos con la Policía Local de Murcia la cosa mejora algo, aunque la distribución del espacio es peor que la anterior y se sigue usando una tipografía del sistema operativo (Arial) que facilita la cosa a los amigos de la impostura. El logotipo pixelado de la Policía y la foto deformada de dos agentes en moto, tampoco ayudan a aportar cierta solvencia a un sitio web cuyo primer aviso al acceder es que «no es un sitio seguro». Si a esto sumamos que el tamaño de letra es minúsculo, lo cual es un problema para un amplio grupo de población, tenemos un sitio web que no cumple con lo que debería ser una institución pública: accesible, fiable y con buena imagen.

Un bulo es algo torpe y manifacero en su forma, la malicia no se preocupa por cuestiones como la alineación, la retícula o la tipografía. Podemos reconocer un bulo porque está mal hecho en cuanto a diseño: normalmente utilizan varias tipografías a la vez, una para el titular, otra para el cuerpo..., siempre del sistema operativo (Arial, Verdana, Times New Roman...), pueden usar un logotipo antiguo de la institución, por ejemplo, el nombre del ministerio o puede estar mal, la colocación de este logotipo es aleatoria y en muchos casos está pixelado. La mala noticia es que las administraciones públicas tampoco lo hacen especialmente bien y salvo excepciones, cometen muchos de estos errores invitándonos a la ceremonia de la confusión. Si atendemos en la cantidad de avisos que circulan por aplicaciones como WhatsApp o Twitter vemos que se comparten comunicados oficiales del Ministerio de Interior o del de Sanidad o de la Policía donde resulta bastante complejo diferenciar entre un bulo y un comunicado auténtico. Funcionario y falsificador han estudiado en la misma escuela de diseño.

¿Necesitamos que todo documento pase por las manos de un diseñador? Obviamente no. Lo que necesitamos es más diseño y más diseñadores en el ámbito de lo público, que ayuden a organizar la información, que generen estándares, plantillas, recursos. Profesionales del diseño que apoyen la valiosa labor de los burócratas con herramientas a su alcance que garanticen la autenticidad de la información pública y, ya de paso, mejoren la imagen de nuestras instituciones con un diseño efectivo y duradero.

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