Abonico es mejor
Breve y suave reivindicación del habla murciana
Es sabido que detrás de la espada aparece la lengua, es decir que cuando se conquista un país, el invasor impone su idioma y su ... cultura. En Europa, el caso más paradigmático es el de la Revolución Francesa, de finales del siglo XVIII, cuya ideología trascendió el ámbito territorial francés y sirvió de ejemplo en muchos otros países, europeos y africanos, principalmente. Así que a cada conquista de Napoleón le seguía el enciclopedismo francés y el ideario de la Revolución se instauró en aquellos sitios ocupados que vivían oprimidos bajo monarquías absolutas.
Hoy me sirvo de este pequeño recorrido histórico para justificar una reivindicación lingüística más modesta, pero no menos importante. Porque, como el clima, también las palabras forman parte del hábitat con el que uno se siente identificado y reconoce sus raíces, que es lo que le pasó a un servidor de ustedes cuando en pleno agosto supo de un restaurante del centro de Cartagena, donde elaboran un arroz con «bajocas, alcaciles, pésoles», entre otros ingredientes vegetales. El plato resulta delicioso, pero no lo cito por su elaboración gastronómica, sino porque en el anuncio de sus componentes emplea palabras en desuso que en su día formaron parte habitual de mi entorno. Me sorprende y me agrada que hoy digan 'bajocas' en vez de 'judías verdes'; 'alcaciles' en lugar de 'alcachofas' o 'pésoles' en vez de 'guisantes'.
Hace años, en un restaurante madrileño, pedí como cena una tortilla de pésoles. El camarero, evidentemente cansado de bregar todo el día, me miró como no habiéndolo oído. Se lo repetí: «Una tortilla de pésoles». Puso cara de mosqueo hasta que le dije «guisantes, una tortilla de guisantes...».
–Ah, pues hable usted en español...
–Y usted léase el Diccionario de la Academia Española...
Ahí quedó la cosa. Pude dar esa respuesta porque 'pésol' sí aparece en el Diccionario, pero no así otras muchas, que provienen del catalán y que se implantaron cuando las huestes de Jaime I repoblaron el Reino de Murcia. De entre todas estas me permito recrearme con 'abonico'. Preciosa. «Nene habla abonico que el abuelo está durmiendo...».
Reverte y Conesa también son apellidos catalanes. Yo no, claro, pero Arturo quizá aproveche su sillón en la Real Academia para que se incorporen los susodichos vocablos o no desaparezcan los existentes, para lo que a nosotros nos toca utilizarlos más a menudo.
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