No es región para abortos

La Región de Murcia es de las peores regiones de España donde ejercer el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Lo abordó el programa de Jordi Évole hace unos meses y las estadísticas lo siguen ratificando. Las murcianas tienen que abortar en clínicas privadas porque en todos los hospitales públicos murcianos, las médicas y los médicos son objetores de conciencia. Es un derecho individual de los sanitarios, recogido por la ley. Pero ¿hospitales enteros objetores de conciencia?

Algunas estadísticas cifran en un 95% los profesionales objetores. Voces internas desmienten esta premisa, dicen que la religión sigue moviendo los hilos. Que muchos médicos son seguidores de movimientos cristianos de corte conservador. Que los propios dirigentes políticos están al servicio de estos movimientos cristianos de corte conservador. Hablan de presión de grupo. ¿El 'bullying' de las aulas trasladado a los equipos médicos? ¿Canis con bata y crucifijos? ¿Pijos de logo en pecho chuleando a las niñas del patio?

Sin embargo, creo que la situación no solo es fruto de creencias religiosas, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos. La escasa natalidad preocupa. Las españolas tenemos una media de 1,24 hijos por mujer, imposible atisbar un futuro sin jóvenes. Y el peso de este problema cae sobre nosotras, sobre las mujeres en edad fértil. Para muchos, es preferible traer al mundo vástagos no deseados o enfermos, a no traer ninguno. Es preferible que se sacrifiquen ellas a que aumente la red de guarderías municipales, se elimine la desigualdad laboral, se amplíen las redes de apoyo...

Se necesitan hijos. Esta idea flota de nuevo en el ambiente. Viejos y nuevos argumentos se extienden. Las mujeres están completas cuando son madres. Quienes deciden no tener hijos son egoístas. Aunque la maternidad conlleve estrés y empobrecimiento, una sonrisa de tu hijo lo compensa todo.

Mientras vivimos un momento reaccionario, en la literatura el aborto comienza a aparecer como tema central, tras tímidos conatos del pasado. El último premio Tusquets de Novela, el de 2021, fue para 'Leña menuda' de Marta Barrio. La historia de una mujer embarazada que descubre que el feto tiene una terrible malformación. La historia de un aborto. Hace unos años, un tema impensable, como casi todos los protagonizados por mujeres.