La política al servicio de las personas
En mi discurso de toma de posesión manifesté, parafraseando a Thomas Jefferson, que cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública. Diez meses después advierto que esa intención inicial, lejos de quedar olvidada como un recurso estilístico que nadie jamás recordará, se convirtió en el verdadero sentimiento que ha impulsado mi gestión al frente de la Delegación del Gobierno. Porque, servir a los ciudadanos, escuchar, dar voz y ser altavoz de infinidad de personas y colectivos que habitualmente no tienen la capacidad o el privilegio de ser escuchados, me ha causado gran satisfacción personal y profesional al comprobar que la política puede servir para solucionar los problemas de la gente. Y es que, lo que siempre he hecho de forma espontánea y natural, trasladar a la actividad institucional mi forma de ser y entender la vida, ha calado entre muchos ciudadanos, a tenor de los mensajes recibidos, que leo con gratitud y cierto rubor.
Han sido unos meses trepidantes, de intensa y compleja actividad protocolaria e institucional, con la organización de tres procesos electorales, dos elecciones generales, unas europeas, unos comicios locales y otros autonómicos, y una serie de problemas, catástrofes y dramas sobrevenidos que hemos ido afrontando con responsabilidad y lealtad, circunstancia que nos permitió, en un modélico ejercicio de coordinación interadministrativa, abordar con anticipación y solvencia la magnitud y potencia devastadora de los tres temporales sufridos en este tiempo. Es lo que los ciudadanos esperaban de nosotros, velar por su bienestar y su seguridad. Así fue, y gracias a ello pudimos solventar las crisis sin lamentar ninguna desgracia personal.
En octubre sufrimos el desgraciado colapso del Mar Menor, que supone un reto ineludible en el que estamos trabajando al máximo para analizar la situación y tomar medidas que sirvan para contribuir a su regeneración. Todo será posible si todas las Administraciones actúan de forma coordinada.
La fatalidad se cebó también con la Academia General del Aire, una institución muy identificada y asociada a nuestra Región, con dos accidentes aéreos que conmocionaron a toda la sociedad. Quiero tener un recuerdo muy especial en memoria de los comandantes Francisco Marín y Daniel Melero y la Alférez Rosa Almirón, fallecidos en acto de servicio.
Quiero, igualmente, agradecer el compromiso y la profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas por su lealtad personal e institucional y por su defensa incondicional de nuestros derechos y libertades fundamentales. Su contribución ha sido decisiva en la gestión de los fenómenos naturales adversos padecidos y en episodios tan complicados como el rescate y auxilio de inmigrantes ilegales llegados por vía marítima. En este sentido, quiero destacar el compromiso del Gobierno de España con los más vulnerables, con aquellos que huyen de un drama humanitario y de la asfixiante realidad social y política que vive Argelia. A todos ellos, como país responsable que es España, y amparado por nuestro Estado de Derecho, se les ha salvado la vida y respetado sus derechos fundamentales, cumpliendo con las competencias y exigencias derivadas de unas políticas de Estado propias de nuestra condición de país comunitario y puerta de entrada a Europa. Durante este tiempo, las infraestructuras que necesita la Región, Arco Noroeste, la autovía A-33, la Autovía del Reguerón o la llegada soterrada del AVE, han seguido avanzando, lo que demuestra el compromiso inequívoco del Gobierno de España con esta tierra.
Ha sido un inmenso honor dirigir la imponente maquinaria del Estado en la Región de Murcia, que presta un servicio ejemplar en competencias trascendentales para el bienestar y calidad de vida de nuestros ciudadanos. Hago extensiva mi gratitud a los medios de comunicación por haber trasladado con transparencia y objetividad la actividad de la Delegación del Gobierno, respetando, en todo momento, aquellas circunstancias en las que la delicadeza de determinados asuntos requería prudencia.
Reitero la confianza depositada en mí para desempeñar este cargo y le deseo toda la suerte a José Vélez como nuevo delegado del Gobierno, con quien seguiré colaborando estrechamente desde la Secretaría General de la institución. Trabajaremos en equipo para velar y atender los intereses de los ciudadanos y conseguir una sociedad más justa, igualitaria, culta, feminista y sostenible, sin que nadie quede atrás aplicando los Objetivos de Desarrollo de la Agenda 2030. Y reivindicaremos, sin ninguna duda, el agua que la Región necesita, una financiación adecuada y las oportunas infraestructuras de Justicia.
