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Serrat somos

Apuntes desde la Bastilla ·

Este hombre con su guitarra es historia íntima de nuestros días, material sólido de la cotidianidad compartida, patrimonio existencial de cada uno

Domingo, 28 de abril 2024, 07:26

Quizá porque mi niñez sigue jugando en esa playa que es una canción, en una canción que es una época, un país. Más que eso: ... una nación, con sus ciudadanos y sus sentimientos, con sus victorias y sus derrotas, en invierno y en verano, donde duerme el primer amor que hemos tenido todos, en unos acordes que vaticinan la felicidad, los mil pueblos que hay desde el momento en el que uno escucha a Serrat, mientras conduce, hasta que conecta con su infancia, ese paraíso perdido y luminoso. Allí está un padre, un abuelo, colocando un vinilo en el plato para que la aguja haga sonar la melodía que juega con la marea, la mujer que espera tras la puerta, el primer amor, el último, en el instante mismo en el que aparece el amarillo en la genista, el taciturno que se acuerda de sus años dorados, ay, si un día, para el mal de todos, dejamos de escuchar la música de Serrat, empujad al mar mi barca porque este hombre con su guitarra es historia íntima de nuestros días, material sólido de la cotidianidad compartida, patrimonio existencial de cada uno. Serrat no es, queridos lectores. Serrat somos.

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