Más peatones y menos coches
La iniciativa del Ayuntamiento de Cartagena debe ser guía del camino a seguir y levantar recelos cuando, además, contamos con ayudas europeas
El Ayuntamiento de Cartagena acaba de aprobar inicialmente la ordenanza reguladora de la zona de bajas emisiones con medidas proactivas que fomenten medios de transporte ... alternativos y no contaminantes como vehículos eléctricos de movilidad personal (patinetes), bicicletas y transporte público. Previamente, su Comisión de Urbanismo y Medio Ambiente había dictaminado favorablemente esta propuesta para ser llevada al Pleno, con previsión de convertirse en el tercer Ayuntamiento de España, tras Madrid y Barcelona, en contar con una ordenanza semejante, tal como señala la Ley de Cambio Climático para los municipios de más de 50.000 habitantes. La ordenanza aprobada apremia a impulsar el transporte público y otros alternativos al coche, reduciendo la circulación en áreas urbanas concretas, y llega a prever la primera supermanzana de nuestra Región en una zona en la que se limitará el tráfico del coche en favor del peatón.
Esta noticia contrasta con actitudes negacionistas del cambio climático que aún mantienen ciertos sectores que se niegan al nuevo diseño urbano que se terminará imponiendo a favor del peatón y de una ciudad amable y sin la agresión que el coche ha supuesto hasta este momento, así como actitudes que el colectivo al que pertenecen debería revisar, como es el caso de algunos comerciantes del Barrio de El Carmen que tratan de amedrentar a los vecinos con temores infundados de peligro para su sector, pese a que la experiencia en otros momentos y lugares demuestra que a la larga resultan beneficiados. Mírense en el espejo de los comerciantes de la Calle Mayor y del Carmen de Cartagena, en los de la Plaza de Santo Domingo y el ámbito en torno a la Catedral de Murcia o en los de Alfonso X el Sabio.
Viene al caso recordar las quejas, movilizaciones y reclamaciones previas a la prohibición de fumar en los restaurantes y comercios, cuyo resultado fue taxativamente beneficioso para el sector, después de pasar por etapas intermedias de salas de fumadores y no fumadores que de nada sirvieron. Aquella alarma fue tan sin fundamento y tan irracional como la actual por parte de quienes, con lemas engañosos y manipuladores, dan la razón a quienes piensan que su móvil es otro bien distinto al que manifiestan y ronda muy de cerca el ámbito político y de intereses de ciertos partidos.
¿Cuándo vamos a comprender que no podemos seguir yendo a todos sitios con el coche privado?
Tenemos que admitir que se impone una nueva relación con los medios de transporte en favor de los menos contaminantes, máxime si contamos con que a partir de 2035 el acceso al coche va a ser mucho más difícil que hasta ahora. Por ello la iniciativa del Ayuntamiento de Cartagena debe ser guía del camino a seguir y levantar recelos cuando, además, contamos con ayudas europeas que financian los cambios que resultarán inevitables en las ciudades, que evolucionan a favor del peatón, el verdadero ciudadano, aunque nos obliguen a prescindir del uso y abuso del coche privado. La contrapartida es un buen servicio de transporte público en cualquiera de sus formas, BTR, tranvía, metro, tren de cercanías, etc., y aparcamientos suficientes para residentes que tendríamos que exigir. Todo ello en beneficio de una vida más saludable y sin contaminación en el seno de una ciudad en donde sea posible el encuentro, la movilidad sostenible y el acceso a los servicios que brinda, incluidos comercio, cultura, actividades lúdicas y deportivas, gastronómicas, etc.
Los planes de movilidad sostenible, el nuevo diseño de las ciudades a favor del peatón, un nuevo urbanismo más a favor de las personas y menos del coche son imparables y, nos guste o no, están llegando a las grandes ciudades, entre las que Murcia es la séptima de España. En nuestro caso le ha tocado gestionarlo a un gobierno que preside el alcalde Serrano, pero lo hubiera tenido que gestionar cualquier otro que ocupara la alcaldía; Ballesta si no hubiera cambiado democráticamente la situación, aunque las líneas maestras no hubieran variado mucho porque vienen establecidas por Europa, que es quien paga, como ha ocurrido en Cartagena con la alcaldesa Noelia Arroyo.
¿Cuándo vamos a comprender que no podemos seguir yendo a todos sitios con el coche privado bajo el brazo?
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