Borrar

Pandemia, ciencia y sanidad

Solo la incompetencia de los gobernantes puede contemplarse en la situación de España en cuanto a la lista de fallecidos por millón de habitantes

Jueves, 23 de abril 2020, 01:28

Se ha argumentado que la lista de fallecidos por millón de habitantes (F/M) por la actual pandemia pudiera tener relación con el nivel científico de los países. La baja prevalencia en países como Japón, Corea del Sur o Alemania avalaría esta hipótesis. Se ha llegado a decir, en dos medios diferentes, que la posición de España en esta lista indica «el gran fracaso de la ciencia española» y que «la ciencia española no ha funcionado bien». Sin embargo, si consideramos una lista más amplia de países, la hipótesis se desvanece. Veamos algunos valores recientes de F/M: Bélgica, 416; España, 406; Italia, 369; Francia, 273; GB, 206; Suiza, 146; EE UU, 99; Portugal, 61; Irán, 58; Alemania, 50; Grecia, 10; Corea del Sur, 4; China, 2; Japón, 2. De la posición de España en el 'ranking' (casi lo encabeza) no puede concluirse su menor nivel científico respecto de Portugal, Irán o Grecia; otro tanto puede decirse de Italia, Francia, GB o EE UU respecto de los mismos tres países. O de Alemania respecto de Grecia. Aun teniendo en cuenta las dudas que generan los datos del número de fallecidos (F) y los varios factores que, además del número de habitantes, pueden influir en F (la densidad de población, por ejemplo), las diferencias que señalamos en F/M (en el rango de 40 a 5 veces superiores) permiten descartar, sin paliativos, las mencionadas apocalípticas afirmaciones sobre la ciencia en España cuyos fallos y deficiencias podrían ponerse de manifiesto con otros datos.

Se han relacionado los datos de F/M con las cifras de gasto sanitario por habitante de España (1.617 €). Pero este valor es superior a los de Irán, Portugal y Grecia (205, 813 y 1.185) con menores valores F/M. Las alusiones a nuestros recortes pierden peso cuando se tienen en cuenta los de Portugal y Grecia. Aún más difícil es entender que España fuera reconocida en 2019 (ayer) como el país más saludable del mundo, según el índice Bloomberg Healthiest Country, lo que debe ser, entre otras razones, por tener el mejor sistema sanitario y los mejores sanitarios del mundo (y los más heroicos, hay que añadir ahora). Y no solo esto, es también líder mundial en trasplantes de órganos, en fecundación asistida, en sistemas de detección precoz del cáncer, en protección sanitaria universal gratuita; además, España se ha hecho con el primer puesto en esperanza de vida (OMS 2019; hace muy poco detrás de Japón). Desde el punto de vista tecnológico es líder en energía eólica, en producción editorial, en conservación marítima, en tratamiento de aguas, en energías limpias, en construcción de grandes infraestructuras ferroviarias de alta velocidad y en una empresa textil que se estudia en todas las escuelas de negocios del extranjero, todo ello generalmente conocido y recogido en un excelente texto de Manuel Vicent.

Los datos de F/M también se han relacionado con las ideas políticas de sus gobernantes. La situación de España invita a descalificar a la izquierda, pero un vistazo a la posición de Francia, GB y EE UU rompe el fácil argumento y, aún más, cuando estos tres países se encuentran peor situados que los izquierdistas Portugal y Grecia.

¿Cuales son entonces las razones por las que España ocupa tan poco airosa posición en la lista de F/M? Hay que tener en cuenta que al frente de la lucha contra las epidemias no están los científicos ni los sanitarios ni todos los políticos, sino, de entre estos, los gobernantes. Por tanto, la capacidad de estos para elegir los mejores científicos como consejeros y seguir sus consejos, en mi opinión, pueden ser los factores determinantes del diferente desarrollo de la pandemia en distintos países. Es el Gobierno el que, una vez que se declaró la epidemia en China, debió de haber nombrado un comité de reconocidos expertos que le asesorara sobre las medidas a tomar para evitar el contagio y, de producirse este, las que deberían adoptarse para impedir la propagación y salvar las vidas de los afectados. Ningún sistema sanitario puede estar permanentemente preparado para luchar contra una pandemia como la actual y, menos, sin saber cuál será su naturaleza.

En un reciente comunicado de una serie de asociaciones científicas, encabezadas por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), se plantea, diplomáticamente, que «en la gestión de la crisis generada por la epidemia se ha percibido en diversas ocasiones, especialmente al inicio de la propagación, cierta tensión entre la información aportada e interpretada por los científicos expertos y las decisiones políticas tomadas a continuación por las autoridades. Esta falta de sintonía puede haber perjudicado la idoneidad de las medidas adoptadas, al no estar suficientemente sustentadas en las evidencias disponibles».

Unas recientes declaraciones a la cadena Ser de Pedro Alonso, experto de la OMS en Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas, decía con relación a la actual pandemia: «Si no estuviera en la OMS contestaría con otra libertad, pero solo diría una cosa: tenemos la tasa de mortalidad por coronavirus más alta del mundo. No hay lugar para la autocomplacencia ni para la autocongratulación. Esto requerirá ser mirado con detenimiento porque no puede ocurrir por casualidad».

Por todo lo anterior, no cabe concluir que la situación de España en la lista de F/M sea consecuencia de que no fuera el país más saludable del mundo ni del «fracaso de la ciencia española» ni de las ideas políticas de sus gobernantes. Solo la incompetencia de los responsables puede contemplarse.

Afortunadamente, la lucha contra la Covid-19 está en manos de científicos y habrá que esperar que desarrollen pronto una vacuna y fármacos eficaces para luchar contra el virus. En esa tarea, seguro que España contribuirá destacadamente.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Pandemia, ciencia y sanidad