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Pablo, el autismo y el amor

Teníamos que aprender a vivir con algo que el desconocimiento hacía desesperanzador

Sábado, 10 de abril 2021, 08:25

Tenía veintipocos y estaba en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para inaugurar una exposición. Carolina se había quedado en Murcia y yo fui ... con Fernando Segura, que pintó un potente Marco Aurelio para la ocasión. En la fiesta me encontré, de repente, entre María Corral y el gran Alberto Corazón. Bebíamos vino y les hablaba de T20, que tenía meses y era, literalmente mi vida. Mi rollo le interesaba a dos personas que admiraba, y se acercó Luis Gordillo. El corrillo, para un crío como yo era entonces, era topegama. Entonces llegó un camarero y tiró una bandeja llena de copas de vino tinto sobre mi jersey blanco de cuello vuelto. La cara de Corazón, detrás de sus gafas y su bigotazo, es una de las imágenes que pasarán por las ventanas del tren ese que ves cuando te estás muriendo.

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