Una oportunidad para el Mar Menor
El Teatro Romano de Cartagena es el museo más visitado de la ribera mediterránea entre Barcelona y Málaga, y un ejemplo inspirador de alternativa atractiva al turismo de sol y playa. El Mar Menor es el eje de la Costa Cálida y la muestra de que la rentabilidad económica a largo plazo solo es compatible con un aprovechamiento sostenible. Estas dos historias ilustran los retos de fondo que afronta el sector turístico en Murcia: mejorar la calidad, diversificar la oferta e impulsar la recuperación medioambiental.
Es verdad que, a las puertas del verano, la urgencia es salvar la temporada. La apertura de restaurantes, hoteles, lugares de recreo, aeropuertos y fronteras no ha llegado a tiempo para que los viajeros hayan recuperado la confianza y planificado sus vacaciones. Murcia parece abordar la situación desde una posición menos vulnerable que el conjunto de España, gracias al mayor peso del turismo regional y nacional y a que domina el turismo de segundas residencias, que es más estable. Aun así, y a pesar de que las reservas empiezan a moverse, este no será un año normal.
Por tanto, está plenamente justificado el plan de apoyo para el turismo y la prolongación unos meses más de las medidas adoptadas para paliar el impacto del confinamiento, como los ERTE. La recuperación de esta actividad será más lenta porque se basa en la socialización y la confianza y está sujeta a las normas de distanciamiento social. Es muy importante evitar el cierre de negocios y empleos que con apoyo volverán a ser viables.
Sin embargo, lo urgente no puede ocultar los desafíos que afronta el sector a medio plazo, sobre lo que es importante poner el acento; se distinguen al menos en tres ámbitos.
El primero es la formación, que sigue siendo modesta. Un reciente informe del Banco de España muestra que en el turismo y la hostelería la proporción de trabajadores con menor formación y experiencia y con contratos temporales es más alta que casi en todos los demás sectores. Eso complica que esos trabajadores encuentren empleo en otros sectores y que la oferta turística sea de mayor calidad y diversidad, algo esencial para mejorar los ingresos del sector y los salarios. El hecho de que el gasto diario por turista en Murcia sea sensiblemente menor que en el conjunto de España indica que hay mucho recorrido. Una vía de mejora, complementaria a la formación reglada, es la sustitución de contratos temporales por contratos fijos discontinuos. La mayor estabilidad que proporciona esta última relación laboral incentiva a los negocios a formar a sus empleados y a estos a mejorar sus habilidades.
Un segundo aspecto clave a seguir mejorando es la desestacionalización. La gran ventaja del clima murciano no es tanto el verano como la suavidad del resto de las estaciones. Esa ventaja permite prolongar aún más la temporada de sol y playa, y también ampliar la oferta turística a actividades de naturaleza cultural, rural o paisajística en cualquier periodo del año. Se trata de crear una oferta complementaria a las existentes e impulsar alternativas con entidad propia. El objetivo es dar respuesta al hábito de partir las vacaciones a lo largo del año, a una demanda más variada y sofisticada, y al impulso que la pandemia ha dado al teletrabajo, que permite desarrollar la actividad profesional en lugares atractivos. Se necesita tiempo para generar y desarrollar ideas, crear nuevas empresas o reorientar las existentes y lograr financiación, por eso el impulso ha de llegar ya.
El tercer ámbito tiene que ver con la calidad medio ambiental. Esta es una cuestión de supervivencia. Tenemos buenas experiencias de desarrollo sostenible, como el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, un buen ejemplo de desarrollo sostenible y conservación de la biodiversidad. Y ahora se presenta una oportunidad fantástica. La Comisión Europea presentó en mayo su plan 'Próxima Generación de la Unión Europea', una iniciativa excepcional por muchas razones. Una de ellas es su volumen, pues está dotado con 750.000 millones de euros, de los que 140.000 millones corresponderán a España. Otra su orientación, porque está dirigido fundamentalmente a proyectos ligados a la estrategia de sostenibilidad medioambiental y a la agenda digital europea. Las inversiones llegarán con fuerza a partir de 2021 y 2022, pero hay que trabajar ya en los proyectos y prioridades. El Plan Nacional de Reformas, que los Estados miembros de la Unión Europea presentamos en Bruselas todos los años, puede trazar las líneas básicas de este proyecto de cambio hacia la sostenibilidad medioambiental. ¿Habrá un trocito de financiación para el Mar Menor?, ¿un proyecto ambicioso para su recuperación?