Una oportunidad estratégica para la industria de defensa

Como contrapunto, los conflictos y tensiones militares han continuado en el continente africano, en Oriente Medio y en los territorios exsoviéticos, siendo posible encontrar países del tercer mundo con un presupuesto militar superior al de muchos Estados occidentales europeos.

Una de las consecuencias de la guerra de Ucrania ha sido la decisión por parte de todos los países pertenecientes a la OTAN del denominado 'nuevo concepto estratégico', fijando como prioridad los objetivos de 'defensa y disuasión' en Europa del Este. Los países miembros de la Alianza Atlántica han aceptado marcar un calendario de compromiso por el que incrementarán el presupuesto de defensa.

Y España no se queda fuera de este compromiso. El Gobierno ha anunciado que se duplicará el gasto militar en esta década, con el propósito de que nuestro país llegue al 2% del PIB en gasto en defensa en los próximos años, y antes de llegar al 2030. El gasto militar se incrementará hasta el 1,5% del PIB antes de 2025, tal y como recoge el Programa de Estabilidad.

Este aumento de presupuesto iría destinado principalmente a remuneración de asalariados, consumos intermedios, formación bruta de capital y refuerzo del personal de defensa. Siendo actualmente el gasto de España en defensa menor al 1% del PIB, el compromiso se convierte en un aumento presupuestario de unos 12.000 M€, hasta llegar al 2% del PIB.

Gran parte de esta inversión beneficiará a países productores de material de defensa, EE UU principalmente. Pero el resto se quedará en España, y no se repartirá por igual, concentrándose en aquellos territorios que suponen un claro enclave estratégico militar de nuestro territorio, como es la Región de Murcia.

Las razones de la oportunidad para la Región son obvias: una ubicación geoestratégica clave en el sur de Europa y frontera con el conteniente africano; un legado histórico muy significativo en la construcción y defensa naval en Cartagena; de capacitación técnica y tecnológica aérea en San Javier; y de infantería en Alcantarilla. Pero no solo es historia, también presente. En los astilleros de Navantia en Cartagena se ha construido el submarino S-80, la mayor hazaña tecnológica de todos los tiempos ejecutada por la Armada Española.

La industria militar y de defensa ha demostrado ser inductora de avance tecnológico e innovación, y por tanto de progreso, a lo largo de la historia, con desarrollos que después han sido llevados a la industria y a los servicios. Basta pensar en el comienzo de internet, en los avances en el sector aeroespacial, o en los cientos de miles de tecnologías que nacieron para defensa y hoy se aplican en nuestro día a día.

Más allá de los refuerzos de personal militar, de adquisición de armamento y unidades de defensa, o de construcción de nuevas bases, hay una dimensión que debiera ser clave: el desarrollo de capacidades estatales propias de tecnología en defensa, con un ecosistema público-privado, empresarial e industrial endógeno, que aproveche esta gran inyección de presupuesto público.

Sería deseable que parte de esa inversión estatal fuera destinada a crear, estimular e impulsar un clúster de empresas industriales, 'start-ups', ingenierías y empresas de servicios avanzados orientados a desarrollar soluciones y productos de defensa 'made in Spain'. Esto es algo urgente y necesario, muy especialmente en aspectos estratégicos como son la defensa de las fronteras, la lucha contra el terrorismo o la ciberseguridad.

Afortunadamente, en la Región de Murcia disponemos de los mimbres para aprovechar esta oportunidad estratégica histórica para España, como ubicación idónea para el desarrollo de este ecosistema empresarial y tecnológico de defensa militar. Disponemos de generadores de conocimiento de primer nivel en nuestras universidades y centros de investigación; una industria con capacidad emprendedora y de reinvención; una cultura empresarial capaz de convertir a la Región en puntera en tecnología; y un legado de inventores de talla mundial, como fueron Isaac Peral y Juan de la Cierva.

Pues bien, es el momento de reivindicar parte de este esfuerzo presupuestario nacional para la Región de Murcia, trazar una estrategia y convertir esa inversión en oportunidades público-privadas de innovación, economía, progreso y mayores capacidades de defensa para nuestro país.