Quizá algún tiempo pasado fue mejor. O menos complejo. El caso es que éste es el nuestro. Desde que recuerdo, el periodismo siempre ha estado ... en crisis. Y tiene buenas razones: el hundimiento de la publicidad, las redes sociales, la precariedad... El nuevo entorno trae retos añadidos. Los medios ven disputada su voz, la desinformación encuentra mejores cauces y los políticos se disfrazan de periodismo para el engaño, conscientes de que cada vez es más difícil separar lo cierto de lo tóxico. Hay motivos para llorar y muchos más para adaptarse. La tecnología y las redes que tanto nos acogotan abren posibilidades. Proyectos como Bellingcat o Forbidden Stories muestran que el periodismo está en buena forma, con nuevos modelos de financiación y trabajo. Manos a la obra.
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